Ayer los falleros de Na Jordana tenían besos y abrazos para todos, nunca mejor dicho. Su monumento infantil titulado «Muac» „la onomatopeya que pone sonido a los besos„, ganó el primer puesto de la sección especial. Una falla infantil dulce, tierna y delicada, repleta de muestras de amor en escenas cotidianas. Los últimos años la comisión ya había intentado alzarse con el preciado estandarte de la mano del artista Joan S. Blanch, acercándose en algunos casos o llevándose grandes decepciones en otros. El artista afirmaba anoche que es «el mismo con premios o sin ellos. Además, me parece indignante. La Junta Central Fallera deberá dar un paso adelante y cambiar la reglamentación de los premios que se dan». Las cosas que pasan: a primeros de ejercicio se anunció que Blanch no plantaría porque hacía un retiro momentáneo, pero hubo vuelta atrás, con el inmejorable resultado de ayer.

«Muac» está repleta de escenas. Sobresalen figuras como una torre de un castillo y un hada que son las más grandes de esta falla, que repasa los tipos de besos que las personas dan a lo largo de sus vida y en varias situaciones. Así, se dan besos padres a hijos; abuelas a nietos; los de unos jóvenes enamorados; los que consuelan; o aquellos que se dan para desear buenas noches o buenos días. También hay lugar para el beso de la esperanza; el que se da para curar un profundo dolor; e incluso, el de las despedidas. Una falla muy cariñosa pero sin caer en la cursilería y sin resultar empalagosa, a pesar de estar repleta de corazones. Destacan los pequeños detalles, como cordones en los zapatos de algunos ninots o las gafas viejas, casi oxidadas y con cristales de otros. También llaman la atención las texturas. Muchos ninots van vestidos con ropa de tela, calcetines incluídos, y los que no llevan prendas decoradas con papelitos cortados de diferentes maneras. También se aprecia un buen trabajo en los tocados y otros detalles con alambres, purpurina, relieves, espejos...

Anoche la alegría era máxina entre los integrantes de Na Jordana, visiblemente emocionados. «¿Trenta años? ¿Cuarenta? No lo sé, ¡un montón!», respondía la fallera mayor, Carmen Llopis, a cuánto tiempo hacía que no ganaban con la especial. El presidente infantil, Guillem Borrego, aseguraba que con un mal premio «ya ganaba, pero esto es un sueño». «Este premio nos hacía tanta falta a Na Jordana como al artista», confesaba el presidente, Pere Borrego. No ganaban en infantil desde 1990.