La «cremà» de la falla Almirante Cadarso-Conde Altea acabó con la vida de una de las figuras más emblemáticas de 2016: la del dios Baco. Con bastante puntualidad, y tras una mascletà nocturna, el fuego acabó en un visto y no visto con el dios romano. Se resistieron más las figuras femeninas que la rodeaban, completando la gran obra de Manuel Algarra. De hecho, una de ellas se resistió hasta el final sin arder en la parte superior, cayendo posteriormente.

El monumento consiguió el séptimo premio de la Especial que, estando por debajo de sus expectativas, sigue consolidando el papel de la comisión entre las mejores, rematado además por el Ninot Indultado.