Cuando el fuego y la luna se alían, la combinación que surge es curiosa. Este año las Fallas y la Semana Santa coinciden en el calendario, ya que la Cremà ha finalizado en la madrugada del Domingo de Ramos. Pero ambas festividades además de fecha, comparten muchos miembros en cofradías, hermandades y comisiones, como es el caso de la familia Martí Yerves, integrantes de la falla Progreso-Teatre la Marina y de la Cofradía de los granaderos del Canyamelar.

La conocida como Semana Santa Marinera se considera la segunda fiesta de la ciudad y está declarada de Interés Turístico Nacional. La coincidencia de fechas ha provocado que, como ya anunció el ayuntamiento, se pierdan los actos oficiales del Viernes de Dolores y del Sábado Santo. Mavi Yerves explica que cuando se da esta coincidencia «es un lío, muchos actos se anulan» y confiesa que la Semana Santa «siempre pierde» porque hay más falleros. «Muchos pasos no han salido porque no gusta solapar», apunta, «y otros se intentan cambiar a otro día, si se puede». «Cada cofradía habrá perdido un acto o dos, seguro», se teme.

Quemar, limpiar y desmontar

Hoy, sobre las 9.30 horas se realiza la procesión de las palmas por los Poblats Marítims y para ello es necesario que las calles estén como si nada hubiera pasado después de las fiestas josefinas.

«El problema son las carpas. Supongo que empezarán a quitar las de esta zona», explicaba el matrimonio ayer. Además también deberían retirarse las banderas que decoran las calles.

Algunas cofradías han pedido a las comisiones falleras que dejen las carpas abiertas, por si a una mala aún no las han desmontado, poder pasar por dentro. Entre las similitudes de la dos fiestas, la familia destaca la tradición religiosa que está en el origen de ambas, pero que quizás se conserva más en los pasos de Semana Santa. «Las Fallas se han ido desviando un poquito» „aunque tienen mucha importancia las ofrendas a la Geperudeta y a San José„, «pero quizás se ha dado más importancia a la fiesta que a lo que es el acto religioso», explica Santiago Martí. «Muchas fallas ya no hacen pasacalles e intentan quitarse las cosas de día para volcarse más en la noche, y eso Semana Santa no lo tiene», apunta Mavi.

Los Martí Yerves también aseguran que el coste mensual de ser miembro de una cofradía o de una comisión fallera en su caso es similar, aunque los trajes de granaderos „soldados franceses que protegen a la Virgen„ los alquilan. Sobre esta cuestión, Mavi asegura que en los pasos no se tienen los debates existentes en el mundo fallero sobre cómo debe ser la indumentaria. «Los trajes siempre son igual, lo que hay mucho debate en Semana Santa es sobre las figuras que salen».

Además, también destacan que en las cofradías todo es «mucho más estricto». «Un pasacalle fallero puede ir por donde quiere; una cofradía debe comunicar el itinerario antes y cada uno tiene su lugar», explican. «Lo vamos a llevar fatal [por el cansancio de tener Fallas y Semana Santa seguidas]», reconoce el matrimonio entre risas y recuerdan que la última vez que esto pasó, en 2008, mucha gente no se quedó a la Cremà o no participó al día siguiente en los actos de Semana Santa.

Sobre cómo han acabado en los dos mundos, Mavi explica que a ella siempre le han gustado las dos celebraciones, «pero antes te decían: 'o Semana Santa o Fallas'». Es fallera desde nacimiento, como sus dos hijos, Aarón y Enzo. Al casarse también empezó a participar en la fiesta su marido, y ya de adulta, ingresó en la cofradía.

A partir de hoy, la fiesta, el colorido y, sobre todo, el ruido de las Fallas dan paso al silencio, la calma y el recogimiento de la Semana Santa, antes de que llegue la hora de las monas, los panous, y el «catxirulo».