El actual equipo rector de la Junta Central Fallera ha cancelado una cuenta que tenía el organismo abierta desde el año 2009 que no estaba sometida a control municipal y en la que se había registrado movimiento de entrada y salida de dinero sin especificar. A la vez, ha llevado a cabo una remodelación del departamento financiero de la fiesta y ha regularizado pagos que se hacían, aparentemente, sin control de la intervención municipal.
La cuenta, domiciliada en una sucursal de Bankia en el barrio de Benicalap, había estado operativa, que se sepa, durante seis años puesto que, al hacerse el traspaso de poderes al actual equipo rector, la encontró con antiguedad del 28 de enero de 2009.
En ella constaban ingresos correspondientes a pagos que realizaban las comisiones como son las fianzas de los participantes en el concurso de teatro, que no eran devueltas si las fallas, una vez inscritas, optaban por no participar en el certamen. Posteriormente, en dicha cuenta aparecen salidas de líquido sin especificar el motivo. Sin embargo, estos movimientos no aparecen en los asientos contables del presupuesto de la Junta Central Fallera. Era un fondo de maniobra no especificado. Una vez cancelada la cuenta por la actual directiva, el dinero que quedaba en ella ha sido incorporado a las cuentas oficiales.
La existencia de esta cuenta se dio a conocer en la última reunión del Consell Rector de la Junta Central Fallera y a colación de una pregunta realizada por la concejal de Ciudadanos Amparo Picó sobre la existencia de pagos a los conductores municipales.
En aquella ocasión, esta cuestión se zanjó con una alusión casi de pasada en la nota de prensa en la que se decía textualmente: «se ha explicado la regularización de las gratificaciones que reciben los conductores municipales por cada servicio en el que asisten a las falleras mayores y sus cortes de honor». Pero en dicha reunión se produjo un desencuentro entre el representante del PP en dicho consell, el concejal Félix Crespo, y el secretario municipal sobre el empleo de la misma en el que también intervino el actual concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, que afeó al concejal popular la existencia de la cuenta.
De hecho, en aquel momento, Fuset dijo: «si hemos regularizado algo es porque antes no lo estaba». Crespo aseguró que «eso pasaba la intervención municipal y nunca se dijo nada y si cambia la normativa, pues cambia», aunque, como queda dicho, el secretario municipal aseguró en la reunión que no se le había informado de la existencia ni de la gratificación ni de la cuenta ni del origen del dinero.
Desde el pasado ejercicio, la nueva directiva ya ha regularizado estos pagos como «gratificación» que, en teoría, es de 30 euros por día. El empleo de chóferes del ayuntamiento se hace con las falleras mayores salvo el periodo en que son transportadas por profesionales de Radio Taxi, desde febrero y hasta el 19 de marzo. En el caso de las cortes de honor, fuera de ese periodo los coches los conducen miembros de la Junta Central Fallera, que reciben a cambio vales canjeables por gasolina.
Ya no hay dinero circulante
La cancelación de esta cuenta «fantasma», que de acuerdo con las fechas fue creada siendo secretario general Vicente Fayos, ha sido el primer paso dentro del proceso de remodelación de la cuestión financiera en la JCF. En el pasado pleno se informó de la cancelación como tal de la delegación de Economía, al desaparecer las funciones de la misma. Tan sólo queda como figura el tesorero porque así lo refleja el Reglamento Fallero. Además, ahora ya prácticamente no hay dinero circulante en la Junta Central Fallera (inscripciones, fianzas, venta de tickets...), ya que las operaciones se realizan directamente con ingresos en cuenta. Incluso la venta de entradas en la Exposición del Ninot pasó a ser controlada por la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
