Las preselecciones a la corte de honor celebradas ayer escenificaron una de esas habituales contradicciones que tienen las reglas del juego y que propician que la lucha por las tan cotizadísimas plazas sea desigual.

Las normas, enmendadas hace unos años por la asamblea de presidentes, señala que el número de elegidas por sector depende del número de comisiones que lo forman. Hasta entonces se elegía por el número de candidatas que se presentaban. El cambio se hizo pensando, por ejemplo, en evitar que tuvieran que presentarse falleras que no lo deseaban sólo para alcanzar el mínimo. Y ayer esto se llevó a una de sus últimas expresiones: tan sólo se celebraron dos: Canyamelar-Grau-Nazaret y Jesús. Ambas, por el número de comisiones que tienen, tenían derecho a seleccionar tres candidatas en cada modalidad. Pero con un matiz: la del Marítimo tuvo trece candidatas infantiles y Jesús, entre renuncias y fallas no participantes, sólo ocho. Una circunstancia, ésta última, que no deja de ser dolorosa para aquellas cinco que se quedaron fuera. Pero es algo que no se discute: fue la asamblea soberana la que lo decidió. Aún será más caro para Benimàmet-Burjassot-Beniferri, cuando tenga que pelearlas entre 18 y aún más barato para las mayores de Pilar-Sant Francesc, con siete plazas para tres elegidas.

La Fira se toma un respiro en la jornada de hoy, que seguirá con sus exhibiciones raperas, esta vez en El Palmar.