Es probable que la gran sorpresa del ejercicio fallero de 2016 no fue la victoria de Cuba-Literato Azorín en la Sección Especial, sino la de San Vicente-Marvá en el concurso de belenes. María García lo vivió como fallera mayor recién llegada al cargo «y para nosotros fue como ganar el Mundial. Aún no nos lo creemos. Saber que ganamos a grandes comisiones,pero ver recompensado nuestro trabajo... en el salón de cristal, cuando recogimos el premio, había media falla». El árbol de fantasía está guardado y las figuras se vendieron.

Un exitazo cuando su reinado daba sus primeros pasos. Posiblemente, uno de los más tardíos del año. «Tenía que haber sido fallera mayor en 2017, pero la plaza de este año quedó libre y me ofrecieron adelantarlo un año. Fui nombrada en octubre y tampoco había infantil, que llegó más tarde». María dio sus primeros pasos falleros en Doctor Gómez Ferrer de Xirivella «hasta los nueve años. Vivimos en el centro de Valencia y nos costó hacernos a la idea de cambiar. Pero cuando lo hice, San Vicente-Marvá me enamoró. Es una comisión muy familiar, que no para. Siempre hay algo por hacer».

Ella también tiene mucho que hacer: es maestra interina y mientras prepara nuevamente las oposiciones para conseguir la plaza definitiva, se foguea y hace méritos. Este curso ha estado en un colegio CAES de Tres Forques y ha acabado con otra sustitución en Puçol. «Soy profesora de primaria y lengua extranjera». No en vano tiene el C2 de inglés y el superior en valenciano. También está haciendo un master sobre «Atención Integral a Personas con Discapacidad Intelectual». El clarinete de la banda de música de Siete Aguas, la tierra de su padre, tendrá que esperar un poco con tanto trajín.