Marta López Martín sería, en caso de ser elegida, de las menos sorprendidas con muchas de las interioridades del mundo «cortesano-falleramayorista». Ese microcosmos lo tiene todos los días en el puesto de trabajo. Es dependienta en el Espai Ripalda, a donde llegó tras haber trabajado en Álvaro Moliner, pared con pared en el pasaje de Ripalda. Por allí ha visto pasar a las tres últimas falleras mayores de Valencia cuando van a peinarse en Carles Ruiz. «He aprendido a ver las cosas con más naturalidad después de haber visto a Carmen Sancho, Estefanía López y Alicia Moreno, que son personas mucho más cercanas de lo que te puedes imaginar, a pesar de tener perfiles muy diferentes entre sí. También he conocido a muchas de la corte. Por ejemplo, con Alba Molins me llevo muy bien».

Pero además, también lo había vivido en primera persona y por partida doble desde su falla, General Barroso-Litógrafo Pascual y Abad: «Isabel Hernando era de mi grupo desde niñas. Las madres se conocen de toda la vida y, por ejemplo, la suya me llevaba a todas partes. si íbamos juntas, la gente creía que éramos primas».

Los primeros años de vida perteneció a Joaquín Navarro-Carrícola «pero por amigos del colegio, el Soto Micó, me pasé a General Barroso». Ha estado entre siete y ocho años en la delegación de play back y ha visto crecer de su mano al grupo infantil. «Los primeros años no llegamos a la final, pero en los tres últimos hemos sido, sucesivamente, sexto, tercero y este último año segundos en la modalidad de grupo».

Este último año le ha dado un cambio a su vida: «ahora he pasado a la Agrupación. Estoy de secretaria y en la delegación de festejo. Nos hemos metido varias falleras mayores del año 2016 y vamos a intentar darle un nuevo impulso».