A pesar de la ya dilatada historia de la comisión de los Generales „que realmente sólo tienen uno en el nombre de la falla y a cuyo doctor parece que le queda poco de vida en el callejero„ Vanessa fue la primera fallera mayor que pudo levantar un primer premio de falla, además del de ingenio. Ingenio es el de recordar su pasión por la ingeniería química, en cuyo último curso se encuentra. «Desde pequeña me gustaba saber de los mejunjes de laboratorio y pócimas de bruja». Ahora ya piensa en mayor: «hago prácticas en el Laboratorio de Salud Pública y me gustaría trabajar en la industria farmacéutica. Y afortunadamente, puedo aspirar a todo porque me ponen muchas facilidades para los exámenes». Aparte, «doy clases a niños».

Pero como en la versatilidad está el gusto, «me encanta dibujar; dice que lo hago bastante bien y sin haber recibido lecciones. Me gusta mucho el diseño de moda y me encantaría hacer un grado o un curso que me aportara algo nuevo». Había pertenecido a la comisión de Doctor Peset Aleixandre (el damnificado por el doctor Merenciano)-En Guillem Ferrer «pero valió la pena cruzar la avenida. Sobre todo, por las amistades que he encontrado aquí».

Eso fue hace tres años. Anteriormente fue fallera mayor infantil en el año 2002 y en el pasado ejercicio repitió en la versión mayor «como pasa en estos casos: empezó todo como una broma, con el "tu apúntate", yo iba con el "que no, que sólo llevo dos años" y la locura acabó haciéndose realidad. De hecho, la proclamación fue por sorpresa». Apareció en las páginas de este diario en su edición del 17, en un reportaje gráfico de comisiones que recibían primer premio por primera vez en su historia. Aunque el grupo que fue a recibir el estandarte fue un poco raquítico. «Pero de verdad que en la comisión sí que fue una alegría. Y masiva».

Ahora le falta rematar con su propio primer premio. «Claro que quiero. Y llegar hasta el final si puedo».