En la era moderna se ha desarrollado un nuevo género dentro de la sociedad fallera al que todavía no se le ha dado nombre. Están los «falleramayoristas», los «monumentalistas»... y uno no menos abundante es el que ha encontrado en la indumentaria tradicional su particular nicho de afición y adicción en la fiesta. Beatriz Guillén pertenece a éste y de forma profesional en toda la extensión de la palabra. Ha acabado el curso de patronaje y confección de indumentaria tradicional valenciana. Con idea de trabajar por cuenta ajena, pero «no descarto para nada tener una tienda en el futuro». No es de extrañar que cuando se le pregunta quien es su indumentarista, la contestación sea «yo misma, claro».

Si fuera sólo eso... «también me encantan los bailes tradicionales. Estoy en dos grupos: Les Folies de Carcaixent y en uno que hemos creado un grupo de amigos: Filigranes».

Pertenece a la comisión de Islas Canarias-Dama de Elche. Ya va siendo que la fortuna les sonría: no tienen cortesana desde Inmaculada Fernández en la infantil de 1994. Pero ha pasado toda su época de fallera adulta viendo cómo su comisión ha ido subiendo como la espuma. «Nos movemos mucho en redes sociales, el presidente es muy joven, hemos sabido repartir en la comisión pero sabiendo que lo realmente importante es tener una buena falla... es verdad que atravesamos un momento muy bueno».

No le importó ser fallera mayor un año antes de la gran efemérides «porque el año que tuve fue imposible de mejorar». Pero está en el comité organizador del 50 aniversario, que llega ya en las próximas fiestas, y seguro que una de las cosas que estaría muy bien incorporar en el libro es una foto de «falleras de la comisión que pertenecieron a la corte de honor». «Soy de esta comisión porque es la de mis padres. Soy del barrio de toda la vida».