Las fallas del barrio del Carmen son oro en paño y su supervivencia es un reto casi diario. Una de ellas ha sufrido enormemente en los últimos años y su paulatina recuperación es, sí o sí, una buena noticia. Portal de Valldigna-Salinas es un auténtico tesoro a pesar de no ser la falla más antigua del barrio: se le reconoce una antigüedad del año 1923. Lo que la hace más valiosa es la fotografía: una falla plantada tocando la puerta de la muralla milenaria. Una postal de un valor incalculable.

El pasado jueves presentaron los proyectos para 2017 en el casal de Corretgería „esta comisión tiene el casal en su demarcación y se lo ceden ocasionalmente para actos como éste o durante la semana de fallas ante las limitadas dimensiones del casal de Portal„. Y tal como dijo el presidente, Jordi Rodrigo, «nos podemos permitir el lujo de contratar un artista de taller». Vicente Espeleta toma el relevo de José Manuel Felip, quien en este año les dio un tercer premio y primero de ingenio y gracia, un exitazo tras ocho años de sequía y precariedad.

Atrás quedaron unos montajes mucho más sencillos y con carácter autobiográfico en los que la comisión iba contando sus penas, bordeando una desaparición a la que parecía abocado cuando apenas quedaban 35 falleros. Lejos quedaba la comisión que eran imparables jugando al tenis de mesa o la que se permitió alguna licencia como la de nombrar fallera de honor a alguna "celebrity". La presidencia la cogieron Encarna Albi y Rosa Arranz «y la verdad es que fueron unos años muy complicados, pero los que quedamos decidimos que había que luchar por la supervivencia de una comisión en la que algunos de nosotros hemos crecido y a la que debemos nuestros orígenes en el barrio» asegura la primera de ellas. En los últimos años ha vuelto a entrar nuevos efectivos. Como el propio presidente. «Hemos pasado de 35 a 55 y eso, para nosotros, es una cantidad de valor incalculable. Cuando se recuerda en la comisión cómo se estaba hace apenas cuatro años, esto ha sido un milagro, que se ha basado en no perder la fe. Llegó, además, nueva gente, como yo mismo y lo mejor que podemos decir ahora es que estamos funcionando y vemos el futuro con más esperanzas». Tienen falleras mayor e infantil, Nidia Anguix e Irene Enguídanos y sus problemas son «los mismos que puedan tener otras comisiones: alguna queja de los vecinos, los permisos que no nos concede el ayuntamiento?».

Las cajas y el Ave Fénix

Precisamente, la especial característica de las fallas que ahí se plantan es uno de es mejores valores. Se han plantado fallas totalmente en el aire, como la de 2007, fallas muy caseras, realizadas por los falleros, composiciones extrañas como pocas y la falla de las cajas, esas que llegaban hasta una altura impensable y que remataban dos alegorías a las dos presidentas («Pese a qui pese, açi seguim amb un par de... presidentas»). El Ave Fénix de 2015 aventuraba un tiempo mejor, que remató el hormiguero de Felip del pasado ejercicio. Aún más atrás en el tiempo están los montajes de Armando Serra de primeros de siglo cargados de primeros premios. «Lo que más nos sorprende, año tras año, es la cantidad de gente que viene por el gusto de ver cómo es la falla de Portal de Valldigna del año» asegura Jordi Rodrigo.