Para Carmen Berriales Velarde, quien la cobijó y alimentó en su vientre siempre será «la tía Jessica», natural de Chicago. Pero sus padres son y serán Carles Berriales y Daniel Velarde. El primero es el presidente de la falla Guillem Sorolla-Recaredo y el segundo, su delegado de festejos. Hace pocos días celebraron el bautizo y allí estrenó ya su primer traje de valenciana, que es con el que recibió las aguas. Con su capotita, su tela rosada y su delantal. El 3 de diciembre estrenará cargo en la comisión y su progenitor presume de niña y de historia «porque es un paso más hacia la normalidad de nuestra fiesta. No sólo que una niña fallera lo sea como producto de una gestación subrogada. También que pueda desarrollarse en la falla. Nuestro sueño es verla convertida en fallera mayor infantil. Y que, para entonces, sea algo perfectamente normal». La fiesta evoluciona a pasitos y desde una modesta comisión surge uno más, esta particular historia de amor.

La historia de Carmen no puede ser más fallera, porque nació el 1 de marzo («como la fallera mayor infantil de este último año, Sofía Soler») y llegó a Valencia el 14 del mismo mes. «Conforme vino fue a la falla: era la tarde de la plantà infantil». Desde entonces, los primeros pasos de esta niña (que, por ley, goza de la doble nacionalidad, española y norteamericana) los ha vivido en clave fallera. «La llevamos a la Fonteta a ver la elección de la corte. Y, por cierto, pese a la duración y el horario, se portó maravillosamente».

El día 10 estuvo en el hemiciclo

El pasado día 10 protagonizó otra anécdota, que alguien le contará de mayor: estuvo presente en el hemiciclo, en brazos de su padre-presidente, durante la asamblea extraordinaria en la que se leyeron los nombres de Raquel Alario y Clara María Parejo como falleras mayores de Valencia. Y el 3 de diciembre, durante la presentación de las falleras mayores, recibirá su primer cargo honorífico: «tradicionalmente, en la comisión se nombraba mascota a la niña recién nacida más joven del ejercicio. En los últimos años hemos tenido unos pocos nacimientos, pero siempre eran niños. En esta ocasión ella sí que se la llamará y se le impondrá una banda con ese cargo».

Carles Berriales, que lleva dos años presentando candidatura a jurado de fallera mayor de Valencia, sueña despierto y cree que es saludable para la fiesta. «Nuestro sueño es que sea fallera mayor infantil de la comisión. Sería fantástico. Y si luego se presenta y superara la preselección, ¿por qué no intentarlo?». Si, se darían situaciones hasta ahora no vistas: la entrevista que hace el jurado con los padres sería, en esta ocasión, no con una pareja heterosexual, sino con dos hombres. Supongamos que eso pudiera tener lugar en, por ejemplo, 2024 o 2025. «Sería una señal de salud muy buena para la fiesta. Tendríamos la misma ilusión que cualquier pareja de padres. Al fin y al cabo, ¿no es gratis soñar?».

La gestación subrogada „lo que genéricamente se conoce, con muchas matizaciones, como «vientre de alquiler»„ es una fórmula de paternidad que se puede practicar de forma legal en algunos países, como Estados Unidos. Esta misma semana, el Tribunal Supremo ha reconocido por primera vez el derecho de los padres españoles a cobrar las prestaciones por maternidad, adopción o acogimiento reconocidas por la Seguridad Social. Y detrás de cada proceso, hay una historia. «En nuestro caso, por ejemplo, sí que conocemos a la gestante, con la que nos ha quedado esa excelente relación. Sabemos quien es la donante de óvulos, pero no la conocemos». Una criatura, Carmen, muy deseada, y que llegó tras dos intentos previos «en uno nos comunicaron que no había progresado al regresar de la Ofrenda. Es un palo duro, pero lo tienes que aprender a asumir». Ahora, ambos tienen toda una vida por delante para vivir de una forma muy especial la fiesta: viendo crecer a la fallerita Carmen.