El informe evaluador no deja lugar a dudas sobre las bondades de las Fallas. «El significado cultural de la falla monumento en términos de renovación, identificación y cohesión social está bien explicado. Las comunidades participantes —familias, artistas, escolares— y los mecanismos de transmisión (entre familias, entre artesanos y aprendices...) están identificadas. El elemento y su ritual es compatible con los derechos humanos. Participar y pertenecer a las Comisiones de Falla está abierto a cualquier grupo social, incluyendo hombres y mujeres de todas las edades, profesiones, clases sociales y procedencia». También destaca que «la fiesta enfatiza la creatividad en diferentes ámbitos, como las artes y artesanías y su salvaguarda permitiría la continuidad de muchas de ellas y sus métodos» y elogia además la cantidad de instituciones y entidades involucradas en el proyecto.