Treinta y cuatro falleras mayores de Valencia advirtieron ayer a través de un comunicado conjunto que hasta el presente ejercicio fallero «jamás se ha exigido la firma de un documento que estipulase obligaciones relacionadas con la vestimenta» por lo que decir que «es algo que llevaba aplicándose a escondidas supone una innecesaria, intolerable y lamentable falta a la verdad». El comunicado surge después de que el viernes Pere Fuset, presidente de la Junta Central Fallera, asegurara que estas normas llevaban décadas vigentes, por lo menos desde hace 20 años, aunque «se habían mantenido siempre en la opacidad guardadas en un cajón».

El documento lo firman todas las falleras mayores de Valencia de 1980 a 2015 salvo Susana Remohí y Alicia Moreno. Las representantes de las fiestas josefinas lamentan que el contenido del documento que insta a evitar las trasparencias o los escotes excesivos no estuvo en vigor con ellas en el cargo. Según el comunicado, «el contenido del supuesto documento, de cuya existencia nunca hemos tenido la más mínima constancia, de ser cierto, resultaría a todas luces discriminatorio, vejatorio e indignante, dado que no preserva la imagen real de las mujeres valencianas que, teniendo además la condición de falleras mayores, pasan a ostentar la condición de máximas representantes después de haber superado tres procesos selectivos con distintos jurados».

A juicio de las falleras mayores firmantes del comunicado, las múltiples pruebas de imagen, educación, conocimientos de cultura y comportamiento protocolario son «aval suficiente para poder desempeñar el cargo sin necesidad de seguir "órdenes" que pueden considerarse peyorativas hacia la capacitación que se les ha reconocido y que, desde luego, ninguna de nosotras habría admitido». En esta línea, insisten en no haber tenido «nunca» constancia de ninguna Directiva de la Junta Central Fallera (JCF) «que haya adoptado y aprobado normas de protocolo que hayan pretendido regular estos aspectos, ni por supuesto ha habido obligación de firmar documento alguno que impusiera cualquier tipo de instrucción».

«Es rotundamente falso el argumento que se está utilizando de que estas normas existían hace muchos años, y si éramos sus destinatarias sería de un completo sinsentido que no se nos hubieren entregado», subrayan en el comunicado conjunto.

Las firmantes del documento añaden que «las recomendaciones, sugerencias o consejos que se hayan podido transmitir a falleras mayores, en sesiones generalmente supervisadas por los padres de aquellas, se han efectuado de forma oral, para una lógica y necesaria explicación de un ámbito de nuestra querida fiesta no habitual, y sin que ello comportase la menor injerencia en nuestras esferas personales».