El alcalde de Valencia, Joan Ribó, cree que el reglamento sobre la vestimenta de calle de las falleras es «casposo» y que hacerlo firmar a las integrantes de la corte de honor ha sido un «error garrafal», por lo que asegura que «lo mejor de este asunto es que ahora se va a poder cambiar». El daño, sin embargo, ya esta hecho y ayer se le preguntó por posibles dimisiones. Y su respuesta se produjo en dos fases. Primero dijo no saber si alguien tenía que dimitir en la Junta Central Fallera, cuestión que había dejado en manos de su concejal Pere Fuset. Y ante la falta de un apoyo explícito a su figura, recogido en los medios de comunicación, luego el alcalde aseguró que Fuset tenía su «apoyo total». Lo que parece cada vez más probable es que rodarán cabezas en la cúpula fallera.

«Estas normas, ya sean orales, escritas, más públicas o menos públicas, son poco presentables», dijo el alcalde acerca del reglamento fallero que obliga a las componentes de la corte de honor a llevar vestidos de calle por encima de la rodilla, sin transparencias o con poco escote. A su juico eso «no debía haber existido nunca», pues «esa forma de entender a la mujer es antigua y casposa».

Cambio necesario

De hecho, el alcalde opina que «si esas normas estaban ocultas es porque no podían salir en público». Y por eso ahora no tiene ninguna duda de que «se han de liminar».

No entró en la conveniencia de quitar unos artículos concretos o modificarlo todo, lo que sí sabe es que se ha de modificar «en profundidad» para cumplir con los criterios de igualdad. «Esto ha tenido una virtud, y es que se ha conocido y que hay que eliminarlo».

En el terreno de las responsabiliades políticas, el alcalde, sin embargo, fue menos contundente. «No lo sé si sí o si no» ha de haber responsabilidades, dijo Ribó, que aseguró que había cedido las competencias al concejal de Fiestas y presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset, para que adoptara ese tipo de decisiones.

Aunque en ese momento podía haber dado su apoyo explícito al concejal, no lo hizo, por lo que unas horas después, tras su publicación en los medios, quiso zanjar toda duda y aseguró que Fuset tenía su «apoyo total».

En cualquier caso, fuentes bien informadas aseguran que la gestión de este asunto, particularmente el hecho de que por primera vez se hiciera firmar a las falleras este protocolo, no ha gustado al alcalde, como tampoco ha gustado, y así lo han hecho público, a otros miembros de Compromís como la propia vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra.

Ribó sí dejó claro que él personalmente no conocía este reglamento, pues si lo hubiera conocido «no estaría funcionando». «El primer sorprendido he sido yo», dijo el alcalde, que recordó que Pere Fuset también lo había advertido en la asamblea de presidentes del mes pasado con ánimo de revisarlo.

A su juicio, esto tampoco es un problema de independencia entre el ayuntamiento y la JCF, pues las comisiones falleras tienen su «autonomía» y de la misma manera «el mundo fallero tiene que entender que las sociedades evolucionan y este tipo de reglamentos se tiene que adaptar». Precisamente por ello, se ha creado una Concejalía de Igualdad, dijo el alcalde de Valencia.

Sobre la Unesco

La polémica sobre la vestimenta de la falleras, cuyo reglamento ha merecido numerosas descalificaciones, se produce a diez días de que la Unesco decida si las Fallas de Valencia tienen el reconocimiento de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Existe pues, cierta preocupación en este sentido que el alcalde trató de minimizar. Más bien, Joan Ribó no parece en absoluto preocupado por ello. «Ya hemos pasado todos los filtros y todo está muy desarrollado», además de que «las Fallas son algo mucho más importante» que esta polémica, dijo.