La primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia, la socialista Sandra Gómez, reclamó ayer un «gesto» de la Junta Central Fallera (JCF) tras hacerse público el reglamento de vestimenta de calle que se ha hecho firmar a las falleras de la corte de honor. Concretamente, pide dimisiones en la junta, aunque salva de la quema a su presidente, el concejal de Fiestas, Pere Fuset.

Para Gómez, «es sorprendente» que existan unas normas de este tipo, sorpresa que llega a toda la sociedad, pues «reduce el papel de la mujer al de mera imagen de la fiesta». Pero dicho eso, «se abre una oportunidad para debatir la función que deben tener las falleras», asegura.

A ella, en particular, le gustaría que las integrantes de la corte de honor tuvieran un papel más activo de debate y participación, siendo unas verdaderas representantes de la mujer y de la sociedad valenciana.

Este reglamento, por tanto, es lógico que haya abierto una crisis y pide al concejal de Fiestas celeridad en la solución del problema. Concretamente, exigió «un gesto» de la Junta Central Fallera, es decir, destituciones de los responsables de la aplicación de este reglamento, aunque «en ningún caso estoy hablando del concejal», precisó. «Las personas que trabajaron este tema deberían asumir su responsabilidad», dijo la primera teniente de alcalde, que entiende que la publicación y firma de ese reglamento «fue una mala decisión».