La candidatura de las Fallas para ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad cuenta con todos los predicamentos para obtener el visto bueno de la Convención Intergubernamental de la Unesco. Sin embargo, los responsables de la misma han llegado a Etiopía con todas las cautelas del mundo. Y eso, a pesar de que todos los antecedentes juegan a su favor. El más importante, los datos objetivos: el jurado no rechaza las candidaturas que han obtenido nota perfecta en la comisión de evaluación previa. Hoy empiezan las sesiones, que se prolongarán durante cinco días. Sólo a mitad de semana se evaluará la candidatura de las Fallas.

Esa evaluación, que se supo hace cuatro semanas, reconocía que la candidatura reunía las cinco exigencias que plantea la Unesco. La primera es de perogrullo: ser un Patrimonio Inmaterial. Es decir, atenerse a la definición que, como tal, tiene la Unesco.

El segundo es convencer de que, siendo inscrita, los protagonistas y la humanidad en general la valorarán más y servirá para demostrar la diversidad cultural. En definitiva, será un testimonio del genio y la creatividad humana.

El tercer requisito es que haya medidas de salvaguardia para protegerla. En el caso de las fallas, por ejemplo, los cursos, concursos, publicaciones y exposiciones.

El cuarto es el calado. Es decir, que los protagonistas del mismo son los que han promovido la candidatura. En este caso, el propio colectivo fallero con su aprobación en la asamblea de presidentes y que la candidatura fuera redactada precisamente por falleros (José Martínez Tormo, Gil Manuel Hernández, Javier Mozas, Jorge Guarro y Josep Lluis Marín) tras un trabajo previo, incluyendo miembros de la JCF.

El último es una obviedad, que no todos cumplen: para ser patrimonio de la Humanidad, ha de tener una condición similar en el país que lo propone. En este caso, son Bien de Interés Cultural (BIC).

Las candidatura que fallan en uno sólo de estos cinco requisitos reciben informe negativo y se propone devolverlos a sus respectivos países para que, más perfeccionado, lo intenten en otra edición. Sin embargo, ahí sí que puede intervenir la política y los contactos y alguna de ellas puede salvarse. Tras la evaluación, de las 37 candidaturas, 18 obtuvieron el beneplácito, incluidas las Fallas y 19 descartadas. Algunas de ellas, por tan sólo uno de los requisitos. Otras son verdaderos desastres y apenas tienen un punto aprobado.

A pesar de lo impoluto del informe, la documentación del expediente fallero tiene un anexo, que son las críticas enviadas a la Unesco, especialmente antitaurinas, y las contestaciones oficiales. De todas las candidaturas, sólo cuatro tienen ese tipo de objeciones: las de España, Alemania, Etiopía y una presentada por varios países.