La exaltación de las falleras mayores de Valencia, que tendrán lugar los próximos viernes y sábado, tuvieron el ensayo general de la parte protocolaria. Raquel Alario, Clara María Parejo y las dos cortes conocieron el ritual de cómo bajar el pasillo, acceder al escenario y sentarse en los tronos, mientras que el alcalde Joan Ribó y el concejal Pere Fuset, que tan sólo tienen un año de experiencia en estas lides, también reinterpretaron, la recepción en la puerta del Palau, la imposición de la banda y la «joia» y el pasillo. El alcalde, definitivamente, seguirá yendo unos pasos detrás de las falleras y no les dará el brazo, como en su momento hacía Ricard Pérez Casado.

El ensayo tiene sus particulares liturgias y entre lo que más se ensaya está el movimiento de sentarse las trece falleras a la vez. Son momentos de una especial emotividad, porque la Banda Municipal está presente y la música que escucharán en su gran momento ya suena, así como la voz en off que narra la fórmula protocolaria. Todas ellas ya estuvieron en el Palau el pasado año, pero como espectadoras en el patio de butacas, posiblemente soñando con que llegar el momento que vivirán dentro de pocas horas.

Son tiempos también de esa gran especulación que es la de adivinar los colores que lucirán los espolines de ambas falleras, para lo que se teoriza con los años que hce que una determinada tonalidad no se utiliza o incluso el color de la moqueta „roja en el escenario y de un color yema en el pasillo„ y que forman parte de ese particular y siempre apasionante juego, pero que realmente no se desvelará hasta una hora y media antes del inicio de cada acto.