La condena al que fuera vicepresidente de la Junta Central Fallera Jorge Guarro por su condición de jefe de servicio de la Conselleria de Turismo dentro del caso Gürtel ha causado una conmoción en el mundo de las fallas. Por tratarse de una situación inusual -la condena a un miembro en activo de la Junta Central Fallera- y por tratarse de una persona conocida en todos los ámbitos de la fiesta.

Por esta razón, los principales protagonistas de las fallas se han dedicado en las últimas horas a expresar, fundamentalmente a través de las redes sociales, su parecer con la condena al que fuera dirigente de la fiesta durante varias legislaturas con el PP, pero que también ha gozado de simpatías en el actual equipo de gobierno. Y, con ello, simpatizantes de todos los colores, todos vinculados a la fiesta de diferentes maneras le han mostrado su apoyo a través de las redes sociales a pesar de la dureza de los términos de la sentencia.

En esta situación, en la fiesta se plantea una cuestión de orden nueva por no habitual: ¿puede un condenado seguir perteneciendo a un Organismo Autónomo Local? Y no se trata de la condena penal, sino por los 15 años de inhabilitación «por malversación y prevaricación administrativa».

En cierta medida, con este hecho se pone en debate el verdadero papel de la Junta Central Fallera dentro del entramado legal del ayuntamiento por sus especiales peculiaridades: los miembros de la JCF pertenecen a una entidad oficial, municipal, pero a su vez con unas particularidades, como son las de ser cargos no remunerados y, como en su caso, no elegidos por el ayuntamiento.

Estas son algunas de las reflexiones que tendrán que analizar los servicios jurídicos falleros, a los que el concejal Pere Fuset va a encargar la elaboración de un informe. Porque el presidente de la JCF reconocía ayer que «la sentencia por un hecho relacionado con su trabajo como funcionario ha dejado consternado al mundo fallero por el gran aprecio que se ha ganado con tantos años de servicio a las fallas. Pero, superado el shock, pediremos una valoración para saber qué efectos tiene la inhabilitación en su labor como voluntario, además electo por las propias comisiones de falla. Es una labor de responsabilidad cual es el encaje de esta situación dentro del Reglamento Fallero. Y, por supuesto, no vamos a precipitarnos».

Jorge Guarro es delegado de sector, elegido por los presidentes de Botànic-La Petxina por un periodo de tres años. Son los dirigentes los que, libremente, le concedieron el cargo y la directiva fallera, durante los años que dura el mandato, sólo puede separarle del mismo (en legislación fallera) en caso de falta grave o a petición de los propios presidentes. En todo caso, lo que sí que hace la JCF es asignar a cada delegado a un área concreta y «moverlo» donde consideren. Hasta ahí es el funcionamiento habitual. Ahora queda determinar hasta qué punto esa figura está condicionada no a la parte de la sentencia que se refiere a la condena de cárcel, sino a la inhabilitación administrativa tras el mayor juicio por corrupción de la Comunitat Valenciana.

«Me sabe muy mal»

«Todos sabemos que Jorge es una persona muy querida en la fiesta y la verdad es que, como fallero y como persona, me sabe muy mal lo sucedido. Pero ahora nos toca también analizar la cuestión, saber si cabe recurso y hasta qué punto es determinante. O cualquier particularidad legal de un espacio tan particular como es el Organismo Autónomo Local» dijo Fuset al respecto.

Curiosamente, la figura de Jorge Guarro es de las pocas en las que, en materia fallera, se ponen de acuerdo, por ejemplo, Félix Crespo y el propio Fuset. Por el hecho de que fue él quien decidió poner en marcha el expediente para la declaración de las Fallas como Patrimonio de la Humanidad. Un motivo por el que ha recibido distinciones, incluyendo la de la Interagrupación de Fallas. Guarro pidió ayuda para la elaboración del expediente a tres cuatro miembros de la Adef: Josep Lluis Marín, Gil Manuel Hernández, José Martínez Tormo y Javier Mozas. Precisamente, una simple frase de este último en una red social («Yo creo en tí»), evidentemente dirigida a su persona, suscitó anoche adhesiones entre personajes de la fiesta extraordinariamente antagónicos ideológicamente entre sí, cuando no enfrentados.

Las críticas de Ribó

Hay que remontarse a 2012 para leer al ahora alcalde Joan Ribó que reclamaba al entonces presidente de la JCF, Francisco Lledó, la destitución de Guarro cuando era solo imputado porque era «lamentable la imagen que el vicepresidente de la JCF (entonces lo era) esté imputado por un caso que pone en duda el financiamiento del PP».

En la Exposición del Ninot, su propia comisión, Fernando el Católico-Erudito Orellana, le ha dedicado su ninot de la Exposición. A la presentación del mismo acudieron presidentes y directivos de la JCF de las últimas legislaturas en una evidente señal de apoyo.