La presentación de un debate sobre el horario de celebración de los castillos en un futuro ha suscitado opiniones de lo más variado, aunque con la particularidad de su carácter constructivo. Ayer incluso fue preguntado al respecto el alcalde, Joan Ribó, quien no dudó en considerar la propuesta como «interesante», pero cediendo la iniciativa a la sociedad convocante, la fallera: «Es una propuesta que se tiene que ver, se tiene que estudiar y mirar. Me parece muy interesante, puede ser útil pero lo tiene que decir el mundo fallero y discutirse en ese marco-.

La idea la lanzó el vicepresidente de festejos de la Junta Central Fallera, José Manuel Acosta, y ayer mismo lo rebotó el concejal Pere Fuset, desatándose una tormenta, pero de ideas. En general, parece que la opción que más se repite es no la de hacerlas muy temprano (ocho de la tarde), pero tampoco retrasarlos excesivamente, dejando las doce de la noche o algo antes como horarios ideales. Los que comentaban a favor recordaban la mejor posibilidad para los visitantes de poblaciones, o para poder ir a verlo con niños. Como era previsible, el argumento de que fuera «bueno para la hostelería» es el menos apreciado. También se recuerda que el castillo no es un acto al que los falleros acudan masivamente, puesto que éstos suelen quedarse en sus correspondientes demarcaciones.

Las objeciones se tienen con la Ofrenda. No por ver o no ver el disparo, sino por los problemas de llegada y salida que se podrían suscitar. Especialmente, en barrios cercanos al disparo (Algirós, Pla del Reial, Camins al Grao...).

Fuset comentó al respecto que la idea «la plantearon los pirotécnicos en su momento» y se mostró abierto a abordar un debate al respecto. «Creo que cualquier debate que sea sereno y racional se puede celebrar y es importante escuchar todas las voces».

Entre los argumentos favorables considera que, precisamente, celebrar el castillo antes de las verbenas «podría incrementar la presencia en dichas verbenas, puesto que algunos tienen que elegir entre ir a las verbenas, quedarse en su falla o ir al castillo». Recordó, de cualquier modo, que «es positivo escuchar, sobre todo teniendo en cuenta que lo han planteado los propios profesionales. No es un tema para mañana ni para pasado, pero nos puede enriquecer» y recordó que «revisar, se cambie o no, los programas de festejos siempre es bueno».