Entre las más de 100.000 personas que desfilan en una ofrenda fallera, las hay que, casi por inercia, se convierten en centro de atención y miradas. Eso es lo que sucedía un poco antes de las 11 de la noche de ayer por la calle de la paz. «La verdad es que no me esperaba tanto. Estoy sorepndidísima». La joven lo podía oir fácilmente porque en el tramo de calle era un comentario que se repetía constantemente.

«Es la fallera mayor del año pasado». En castellano, en valenciano y con variantes: «esa es Alicia». «Sí, la del año pasado». Parece bastante claro que la que desfilaba, sin ningún destaque y entre medio de las falleras de la corte de honor de Doctor Álvaro López-San Juan de Dios, era Alicia Moreno, la misma que desfiló con todos los honores la noche del 18 de marzo del año pasado. El mismo traje y la misma fallera, aunque más enriquecida por las experiencias acumuladas.

Entró en la plaza, el comentarista la mencionó, se le saltaron unas lágrimas contenidas, hizo el pasillo a su fallera mayor de 2017 y se abrazó a su hermana Lara. «He estado, lógicamente, todos los días en mi falla. Es mi famiia. Son mi gente y no podía hacer otra cosa», aseguró.

Lo bueno para ella es que puede disfrutar para siempre de las dos perspectivas: nada más acabar ese desfile se reencontró con sus padres y, a toda prisa, desandó el camino para llegar al Ayuntamiento y reunirse con la comitiva oficial.

Un poco después volvió a aparecer, pero esta vez por la calle San Vicente con el grupo de falleras mayores de los últimos cinco años. Alicia podrá preceder de esta manera a la fallera mayor de València hasta el año 2021. Mientras, seguirá respondiendo a saludos, chocando puños y recibiendo piropos por la calle de la Paz.