«Lo vi y pensé ´¿por qué no?´». Así empieza la historia de por qué en la plaza de la Virgen, junto a la Basílica, hay un elefante de corcho con flores al lado de las canastillas que se han ofrendado a la Geperudeta. Los responsables son los falleros de la comisión Espartero-Ramón y Cajal, que este año han querido recuperar su «tradición histórica» de llevar una cesta diferente y original en la Ofrenda. Uno de sus presidentes, José Vert, explica que en una visita a un taller fallero, vio la figura de un elefante y se le ocurrió que podrían llevarlo con flores, por lo que encargó la elaboración de uno para la falla. «Lo vi y me llamó la atención. Le pregunté al otro presidente, y me dijo: ´fenomenal, tira adelante´», explicó ayer Vert a Levante-EMV.

Como recuerdan sus integrantes, la comisión tiene cierta tradición en canastillas originales y que son difíciles de olvidar. Antes del elefante, los falleros de esta comisión portaron otras canastillas de mayor tamaño y con formas reconocibles, como las de un pavo real o una paella.

De este modo, con el elefante «se ha recuperado la tradición histórica de las grandes canastillas», explican.

José aseguraba ayer que los falleros descubrieron la peculiar canastilla cuando el sábado por la mañana el ninot llegó al casal,donde fue «bien acogido». «Fue una sorpresa para todo el mundo», matizó. Además, durante la Ofrenda, el público aplaudía la escultura.

Ayer, en la plaza, el peculiar elefante era de lo más comentado, junto al manto de la Virgen. Pequeños y mayores se percataban de la figura y algunos se preguntaban: «¿Qué hace aquí un elefante?».