La fiesta llega a su fin -este 2017-, pero antes de la última mascletà y de la cremà de casi 700 monumentos, parece que el día 19 de marzo la visita a la plaza de la Virgen es obligada. Ayer por la mañana fueron miles los valencianos y turistas que se acercaron hasta este punto de la ciudad para comprobar cómo había quedado el manto de la Geperudeta y cuál es su diseño final. Las altas temperaturas y el buen tiempo acompañaron, quizás en exceso, y el principal objetivo de todos los devotos y «simpatizantes» de la Virgen de los Desamparados era hacerse una foto con el manto ya acabado: cuanto más cerca, mejor. Así, el instrumento indispensable era el teléfono móvil y el rey, el selfi (con o palo o sin). Otros, también llevaban cámaras de fotos o incluso tabletas para inmortalizar el diseño del manto de este año. Hoy, la calle de la Paz ha permanecido cerrada al tráfico hasta las 13.30 horas para canalizar el enorme flujo de visitantes que aún registraba la plaza de la Virgen de València.

«Cada año se superan. Los vestidores, se lo han 'currado' mucho. Un 10 para ellos, y un 12 no porque no hay», exclama Maribel, que está encantada al visitar a la Virgen. «Vengo desde toda la vida, y siempre tiene que ser el primer día, aunque haya mucha gente», explica esta vecina de València. Tampoco faltan a su cita anual Pilar y su hija, de Mislata. Ella ya no puede salir en la Ofrenda «por las piernas», pero su hija sí, y siempre vuelven para ver el resultado. «La Virgen está preciosa. Este año la veo más fina y más bonita con tanto clavel blanco», afirma Pilar.

Mari Carmen, Jose, Mei y Carla son algunas de las muchas familias que también se han acercado hasta la plaza. Jose ve el diseño «parecido al del año pasado», pero Mari Carmen matiza que los motivos «sí son diferentes» a 2016, aunque también predominaba el blanco. «Venimos todos los años, no faltamos nunca», asegura Mari Carmen, que añade sus planes para el día: «Ahora acabamos de comernos un helado. Luego iremos a ver la mascletà, y por la tarde a comer buñuelos y chocolate».

Además de los devotos incondicionales, también se acercan muchos visitantes. Es el caso de Alejandro y Mari Carmen, de Sevilla. «Estamos un poco 'cansaíllos', pero muy bien», explica Alejandro. Su mujer destaca la labor que hay detrás del manto: «Es un trabajo precioso y muy laborioso. Es arte», concluye.

Desde Barcelona ha llegado Tania para disfrutar de las últimas horas de las Fallas. «Me llevo un impacto muy bonito. Había escuchado hablar de la Ofrenda, pero no lo había visto nunca. Es muy original y muy lindo», confiesa.

La imagen de la Geperudeta de este año está «vestida» principalmente con claveles blancos y decorada con elementos rojos. En concreto, la novedad principal es que en la parte posterior, la Virgen luce una especie de corazón abierto, que fuentes consultadas por Levante-EMV apuntan que representa que la Geperudeta abre su corazón a todas las personas que sufren y que viven un mal momento.

En la parte delantera, los claveles rojos también simulan un jarrón a los pies de la imagen, con hojas de palmera en su interior. Además, los ramos que llevan las falleras mayores de las comisiones -diferentes al resto de falleras y no de claveles- se han incluido en la base, con un fondo de claveles rojos.

Cifras de récord

En total, 105.353 personas han participado en la Ofrenda de 2017 de las que 95.996 eran falleros y falleras de todas las edades. Esto la convierte en tercera más multitudinaria de la historia, solo superada por poco por las de 2009 (105.443) y la de 2014 (105.740); y la más de los últimos tres años. Desde los años 90, la participación en este acto fallero no ha hecho más que aumentar, desde las más de 89.000 personas de 1995 hasta las casi 105.400 de este año.

Las 55.314 falleras llevaron un total de 42.295 ramos y las comisiones, 151 canastas, dos menos que los últimos años, todo al ritmo de la música de los 9.357 músicos que también realizaron el recorrido.