Para cuando Nadia González vino a mundo, todavía tenía presencia la figura de Nadia Comaneci. Quizá "sonaba" más el nombre cuando los padres fueron a decidirse «porque usaron un libro de nombres. Y se quedaron entre Nadia y Nadine. ¡Me alegro la decisión que tomaron!». Y Nadia creció en su barrio que es más bien su pueblo: Castellar-Oliveral, el lugar de origen de sus padres. Y ha desarrollado su vida en el sur de la urbe, con las enormes ventajas que supone ser de los «Poblats» . Además, «todo muy repartido»: en lo profesional, «porque soy profesora de inglés en el Colegio Sedaví» y en la falla «porque estoy en la de Horno de Alcedo. Primero era de Gloria-Felicidad-Tremolar. De hecho, fui en 2006 de lo que se denominaba la "corte de honor"». Un cargo intermedio necesario para poner un poco de orden en una comisión con más de mil falleros. «Pero en el año 2016 una amiga íntima fue fallera mayor en Horno de Alcedo. Me apunté allí, me gustó el ambiente y me quedé. Y como ser fallera mayor era el sueño de mi vida, ¿por qué no permitírmelo?». Todo un cambio de registro pasar de la falla más grande de la ciudad a una que es «muy familiar. Aunque allí llevo dos años me acogieron estupendamente». La falla de Horno de Alcedo, que se denomina con la Plaza del Río Segura, confía en sus posibilidades para estrenar su casillero de falleras en el cuadro de honor de la fiesta. Profesora de inglés «porque tengo el título de filología de la Universiat de València». Y, curioso para la tendencia de las pedagogas que suelen llegar a la final, no es de enseñanza de los más chiquitines. «Doy clases a alumnos a ESO y Ciclos Superiores». Pero para idioma, el valenciano. Se le nota que es lo que habla y piensa en cada momento. Muy del sur, afortunadamente para ella.