La Ciudad del Artista Fallero vuelve a estar de moda y en apenas una semana desfilan por sus naves hasta tres concejales: Sandra Gómez lo hizo para presentar los cursos de mejora profesional; ayer lo hizo Gloria Tello para definir la aportación de Cultura a la adecuación del entorno y esta semana también aparecerá Pere Fuset para hablar del estado del plan de recuperación de las naves y su entorno. Razones más que suficientes para que el colectivo gremial también se haya puesto las pilas y se haya puesto en modo exigencia para que el proyecto, ante el que se retrató la corporación municipal al completo, suponga algo más que instalar señales indicando la ubicación del complejo.

«Lo que no queremos es que acabe la legislatura y que de todo lo que está comprometido no haya nada y tengamos que empezar de cero otra vez» aseguraba el vicemaestro mayor, Ximo Esteve. «Va a venir el concejal Pere Fuset para el análisis global de la situación. ¿Que hay que hacer un nuevo dossier, el cuarto? Pues lo haremos. Pero no vamos a cejar porque queremos acción. Si no, ya lo hemos dicho muchas veces, cerraremos y se acabó». Se persigue, obviamente, aprovechar la singularidad del complejo, pero los problemas apremian. Por ejemplo, han ofrecido su nave multidisciplinar, «Els Tallers», porque «pagamos mucho dinero al mes de alquiler (pertenece a las herederas de Salvador Gimeno) y no podemos seguir soportándolo. Si no se le da más usos y más contenido de terceros, tendremos que clausurarlo».

También van a pedir que se cree una zona deportiva de libre disposición en la explanada junto a la Ronda Norte donde se pretende que vaya en un futuro la sede de la Junta Central Fallera si se le hace un edificio nuevo.

Y no sólo hay reclamaciones al ayuntamiento, puesto que también van a solicitar a la Generalitat la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) a todo el complejo (naves, museo, salón...), lo que implicaría no tener que pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles «que son 22.000 euros al año, que es casi la mitad de la subvención».

Esteve remarcaba que «si interesa el futuro de este complejo, ya no podemos quedarnos de brazos cruzados».