La aritmética es tozuda y ésta dice que ser elegida de la corte de honor es más difícil que superar la preselección. Por eso, la sensación predominante a las once de la noche de hoy, tras el espectáculo «Seda» (por primera vez, bajo la responsabilidad, como vicepresidente de festejos, de Josep García Bosch), la despedida de Raquel Alario, Clara Parejo y sus cortes de honor, el desfile de candidatas y la lectura del veredicto (por primera vez lo hará Ramón Estellés), será el despago. Lo tendrán, aproximadamente, cinco sextas partes de los asistentes que vienen a animar a sus representantes. Con el agravante, para las candidatas que no superen la prueba, de que la despedida es en los bajos del pabellón de la Fonteta, con los nervios a flor de piel y con esa voz que les dice que por la puerta que da a la avenida de Hermanos Maristas pueden ya reencontrarse con los suyos. La gran mayoría de ellas también recibirán aplausos en sus casales. No en vano, ese es el mejor consuelo que podrán recibir: el apoyo de sus comisiones y esa frase hecha de «para nosotros eres la mejor». El adelanto en una hora del inicio del acto (a las ocho de la tarde) permitirá a todas ellas, especialmente a las infantiles, regresar a casa a unas horas más razonables de lo que había sido habitual.

Para las elegidas habrá casi una hora de posados, abrazos, entrevistas y alegrías en el escenario, que para entonces se habrá quedado vacío. Sus fiestas casaleras serán más ruidosas y felices.

Los casales que tienen dos candidatas afrontarán estados de ánimo que les pondrán a prueba: alegría inmensa por un doblete (como el año pasado la Plaza del Rosario), decepción doble porque ninguna de las dos lo ha conseguido o la necesidad de tratar el tema con tiento porque hay una elegida y otra descartada.

También la aritmética cumplirá un hito esta noche: la selección totalmente democrática de los cargos representativos alcanzará a su componente número mil. Será la infantil que se nombre en el décimo segundo lugar. Desde el año 1980 han sido 988 las falleras elegidas, a razón de 26 cada año, algunas de las cuales alcanzarían después el puesto más alto siendo nombradas falleras mayores.

Las que estén escritas en los sobres (que, posiblemente, anoche ya estaban decididas) ya tendrán el premio asegurado esperarán al 10 de octubre, seguramente muy tarde en el tiempo, para saber si el remate aún es mejor.