Los presidentes de falla han aprobado casi por unanimidad de los presentes (189 votos a favor, uno en contra y 16 abstenciones) una declaración por la que reclaman al concejal Pere Fuset su regreso a las asambleas pero sin ningún tipo de condición; es decir, sin aceptar la hoja de ruta que significaba decidir previamente si se celebra o no un Congreso Fallero y retomar los debates sobre las materias que están pendientes en el ejercicio.

Esta decisión, tomada en una reunión convocada por la Interagrupación que reunió a 206 de las 380 comisiones, supone, de alguna forma, que el debate vuelve a quedar en la misma casilla de salida que antes del verano, puesto que el concejal mantuvo a primeros de semana su postura de que, para regresar, primero se decidiera sobre el Congreso Fallero, (algo que en la reunión se tildó en más de una ocasión de "chantaje"). Y los presidentes también mantienen como innegociable la exigencia del regreso sin condiciones y, tal como entonces reclamó la Interagrupación, pidiendo al alcalde un nuevo interlocutor en caso contrario -dicho de otra forma, que lo releve de concejal de fiestas-. Mientras, el Congreso, tantas veces reclamado en los últimos años, parece ahora más lejano.