Las nuevas disposiciones de seguridad para Fallas se tradujeron ayer en un cambio sustancial para una de las comisiones más céntricas, la de Ribera-Convento Santa Clara. Falleros de la comisión y miembros de los cuerpos de seguridad del estado se dieron cita ayer, sobre el terreno y con planos y medidores en la mano, para reubicar tanto los monumentos como la zona de actividades que, hasta ahora, estaban en la calle Marqués de Sotelo y que se retiran del mismo para evitar que haya obstáculos en la concentración humana de las «mascletades».

La calla se traslada a la misma calle, pero en la acera del Instituto Luis Vives, y ya en los últimos metros de la misma, esquina a Xàtiva. Es una pequeña curva que no impide el tránsito de personas y tampoco la visibilidad del disparo. De hecho, el «tubo» de dicha calle quedaría expedito. Por parte municipal habrá que podar íntegramente un árbol y retirar una farola. Y por parte de la comisión, el artista tendrá que «abrir» más el monumento y que su estructura sea menos en redondo para que quepa correctamente y no llegue a incrustarse en una de las isletas centrales. Ubicada así quedará exactamente enfrente de la falla Ferroviaria.

Enfado en Convento Jerusalén

La comisión no tiene carpa, sino una zona de actividad al descubierto, que hasta ahora se asentaba en Marqués de Sotelo. Se ha acordado desplazarla hasta la calle Xàtiva, desde la boca del metro a la gasolinera, exactamente en el mismo emplazamiento que tenía hasta el año pasado la carpa de Convento Jerusalén, pero ocupando menos espacio a lo ancho (se calcula que un carril y medio). Ayer, Convento mostró su malestar por encontrar un recinto en el lugar que se invitó a abandonar el año pasado y anunciaron que «la junta directiva ha decidido abordar el tema en una junta general extraordinaria».