Jesús Hernández Motes superó anoche la moción de confianza que se autoimpuso ante los presidentes de agrupación para seguir al frente de la Interagrupación después de que su cargo quedara cuestionado por su presencia, junto al del vicepresidente Pedro Pons, en la contramanifestación ilegal del 9 d´Octubre en contra de la manifestación nacionalista de ese mismo día.

La reunión de anoche se convertía de esta forma en una prueba de fe hacia su persona después de las imágenes en las que compartían plano con elementos de ultraderecha y junto a los cuerpos policiales, antes de que se produjera la batalla campal que va ya por doce detenidos y de la que dio su versión.

A lo largo de los últimos días, los miembros de la Interagrupación más afines a Motes han realizado una labor de convencimiento para que no se forzara la salida del dirigente (que también se estaba gestando), apelando a que no merecía un castigo tan duro y a lo mal que lo estaba pasando en el plano personal y que su destitución sería, de alguna forma, un triunfo del gobierno municipal, con el que se vive en constante desencuentro.

Motes se había planteado no ganar por escaso margen la votación, sino, por lo menos, verse suficientemente apoyado. Y el objetivo lo consiguió: una agrupación votó en contra, tres se abstuvieron y 17 lo hicieron a favor. Previamente, Motes pronunció un discurso en el que reiteró su argumentario relacionado con la polémica: que había acudido como valenciano y español a defender su tierra y que su presencia junto a los grupos de ultraderecha había sido por casualidad, porque fueron éstos los que aparecieron por donde él se encontraba con personas mayores y niños.

Pidió disculpas asegurando que había sido un error estar por el cargo que ostenta y que su presencia era a título personal, como ciudadano no acepta el concepto de Països Catalans y que fue a cantar «el Himno Regional», reiterando que la convocatoria de la otra concentración era «ilegal». En definitiva, la misma tesis que ha mantenido desde el primer día. Reiteró que se había sentido vilipendiado tanto él como su vicepresidente.

La crisis de la Interagrupación se salda, de esta forma, con la única salida del secretario, Josep Ynat y ahora queda por determinar qué va a pasar con la interlocución ante las instituciones. En los últimos días ha quedado patente que en el ayuntamiento no ven con buenos ojos la presencia de ambos por su presencia en la marcha, críticas a las que el martes de sumó incluso el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Los presidentes de Agrupación no quieren que haya otro interlocutor que él, lo que vuelve a complicar el mapa de la convivencia entre instituciones.