La comisión del Barrio Beteró perseguía algo y lo consiguió: organizar un acto espectacular, de los que quedan como recuerdo del ejercicio. Y así fue, con lo que ganan en visibilidad absoluta y en marca. La sala Canal acogió su «Reinas de la Seda», un desfile que servía para presentar los dos proyectos de las fallas del próximo mes de marzo, obras de David Sánchez Llongo y Sergio Gómez, siendo esta última la dedicada a la Ruta de la Seda.

Con ese hilo argumental y con el aval de la Unesco, el acto, coordinado por Julián Carabantes, fue realmente una pasarela de indumentaria tradicional valenciana a su máximo nivel, al que se unieron gustosamente las falleras mayores de València de la historia. Una docena de ellas lo hicieron vestidas para la ocasión con algunos de sus mejores trajes (muchos de ellos, los espolines oficiales). Otras, donando sus trajes, que se exhibieron en maniquíes. Y junto a ellos, once empresas de indumentaria (Amparo Gálvez, La Joia, 1700, Il·lusions, Viana, Cosas Cucas, Art Antic, Empar del Remei, Amparo Fabra, Camilo Miralles y Can Can en Pac). El remate fue, lógicamente, el desfile de las reinas: Estefanía López, Sandra Muñoz, Raquel Alario, Gloria Martínez, Carmen Sancho, Sofía Soler, Carmen Monzonís, Carla González, Lucía Andrés y Clara María Parejo. Ellas, vestidas de valenciana. Y también se pudo ver, por ejemplo, a Elena Muñoz, María José Ariza, Mónica Palmer, Pepa Oliver, Lola Flor o Raquel Giner. Además de componentes de cortes de honor de diferentes años, alguna de las cuales también desfiló.

El acto tuvo un poder de convocatoria tal, que tuvo que pasar de la sala pequeña a la grande, dejando una estampa espectacular y una reivindicación de las calidades de la seda valenciana. No faltaron la fallera mayor de 2018, Rocío Gil, con su corte de honor, en lo que se convierte en un estreno extraño en la sala Canal, que tradicionalmente era en el concurso de «play back», pero entró este acto para, todo sea dicho, reunir a toda la València fallera.