El brindis de la fallera mayor de València, Rocío Gil, y su corte de honor, con el presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset, fue el remate a la reunión, institucionalizada en los últimos años, para crear una imagen de recuerdo con los representantes de la familia fallera: los presidentes y falleras mayores de las comisiones.

Un brindis que sirvió para demostrar nuevamente el intento, paulatino, de dotar a las cortes de honor de un cierto protagonismo: dentro del mensaje de Rocío, el micrófono fue pasando de una a otra para que las doce formularan un deseo.

Los cientos de asistentes posaron en un brindis general y después se hicieron fotografías con las trece por sectores, una imagen que repetirán en el mes de febero, pero en este caso con todas vestidas de valencianas. Ayer, las falleras llevaban los trajes Siglo XVIII que habían estrenado apenas unos minutos antes en el piso de arriba del Palacio de la Exposición.

El brindis supone la despedida del año a la espera de reanudar el ejercicio fallero en enero con la máxima velocidad ya puesta. Las trece falleras aún tendrán estos días algún compromiso, como la visita a los belenes o a Expojove, pero tendrán una mínima tregua y reaparecerán en la Cabalgata de Reyes: las infantiles, presidiendo el acto y las mayores, como espectadoras en tribuna. Mientras, las representantes de las comisiones seguirán su camino en cada barrio y trece de ellas serán las que protagonizarán este acto dentro de doce meses. Un simple repaso a la galería del festejo hace doce meses permite ver a la propia Rocío Gil y a algunas de sus ahora compañeras de aventura.