La Junta Central Fallera avaló ayer por primera vez los Premios Arco Iris a la diversidad sexual, que promueve el Colectivo Lambda desde hace 17 años y lo hizo acompañando a este colectivo por los concejales Pere Fuset e Isabel Lozano y la fallera mayor Rpocío Gil. Fuset asguró al respecto que «las Fallas son un motor muy potente en la sociedad valenciana y pueden ser una herramienta para la inclusión de todo tipo de diversidad». Isabel Lozano, dijo que «estos premios suponen una oportunidad magnífica para promover valores sobre la diversidad en toda su amplitud: diversidad de género, diversidad sexual, diversidad cultural, así como la convivencia o la lucha contra la violencia machista».

Polémica en la asamblea

La presentación llegaba, además, apenas unas horas después del incidente protagonizado por el fallero Julio Torras en la asamblea, en la quese refirió a las mantenedoras de las exaltaciones porque, tras decir que lo habían hecho «de diez», apostilló después que «que como estamos en la era de la paridad, que en algun momento, pensemos que estamos reivindicando la paridad también porque ya llevamos dos años de mujeres, que me parece muy bien y lo hacen muy bien. No estoy censurando que no, pero nosotros tambien reivindicamos la paridad los machotes tendremos que empezar a manifestarnos».

«Cada uno es lo que es»

Una expresión que no le gustó al concejal, quien al día siguiente le reiteró no sólo su decepción por las manifestacxiones, sino que «como hombre homosexual, orgulloso y comprometido con la igualdad, continuaré sin callar ante afirmaciones que no podemos aceptar como normales en 2018», en relación además a que, cuando pidió que se retractara, Torras contestó con un «cada uno es lo que es». Ayer, sin embargo, Torras encontró el apoyo de conocidos falleros, y él mismo contestó en redes sociales que «no entrare a las descalificaciones del presidente ni de quien las jalea. Yo se lo que dije y no tengo de que retractarme». Sólo al final, en LevanteTV, aseguró que sentía si alguien se había sentido ofendido por la expresión, que no por las ideas de concepto (la reclamación de mantenedores masculinos).

Hay que recordar que, hace dos años, en plena polémica por los versos del Libro Fallero, la poetista Ampar Cabrera también le exigió a Fuset que «fuera un hombre», en una intervención jaleada por los presentes.