«Estamos ante unas Fallas que van ser muy importantes. Van a ser una Fallas de las que nos acordaremos durante mucho tiempo» aseguró ayer el alcalde Joan Ribó durante la visita a la Ciudad del Artista Fallero. Pero, mientras tanto, la procesión entre los profesionales va por dentro. Ayer la visita era protocolaria y nadie dijo una palabra de más, pero el colectivo artesano está enfadado con el mundo, incluyendo consigo mismos. De momento han pedido a la concejala Sandra Gómez que medie para celebrar una reunión con el presidente de la Generalitat. Persiguen alguna política de ayuda al oficio que permita desde renovarse tecnológicamente a conseguir naves de forma incentivada. Del ayuntamiento, que de pasos más concretos que ciertas actuaciones puntuales. Ayer, el alcalde echó balones fuera. «Estamos trabajando sobre el tema».

Ciudadanos se toma este tema como propio, pues no en vano fue Fernando Giner quien tomó la iniciativa para realizar el pacto por la revitalización del espacio. Y ayer, a este respecto, criticó «que el Ayuntamiento tenga un remanente de más de 60 millones de euros por no ejecutar las inversiones, como el plan de revitalización». Lo definió como «desidia. El plan estratégico de la Ciudad del Artista Fallero fue un compromiso adoptado por todos los grupos municipales y el alcalde, en diciembre de 2015, a propuesta de Ciudadanos, y cuando han pasado más de dos años lo único que se aprecia son actuaciones muy puntuales como los muñecos en los semáforos»

El Decálogo de Revitalización y Mejora de la Ciudad del Artista Fallero se firmó hace dos años y «como no se ha hecho prácticamente nada, trasladaremos al pleno cuales han sido . las inversiones relacionadas con la Ciudad del Artista Fallero en 2016 y 2017 y cuáles hay programadas para 2018».

Pero también hay malestar entre los propios profesionales, tal como reconocía el maestro mayor, José Ramón Espuig, quien avanzó que, cuando acabe el ejercicio plantearán una reunión general entre profesionales para tratrar de encontrar una salida también a su desaforada política de ofertar a la baja que «está arruinando a todos, y me preocupa sobre todo por los más jóvenes, que así no van a ver salida y no van a coger el relevo de los que somos más mayores». Tanto es así, que advirtió que «si no salimos de esa reunión con algo concreto que nos permita cambiar algo las cosas, puede que esta directiva se marche a casa».

Más allá de este acuciante problemal, que no es cualquier cosa, las autoridades (la corporación municipal en un número bastante notable) visitaron los talleres de Manuel Algarra (Almirante Cadarso), Manolo García (el Palleter de vareta) y Latorre y Sanz, de la falla municipal. Se van dando datos, como que la cremà durará cerca de una hora. Joan Ribó destacó, en ese sentido que «esta es una falla sostenible, con mucho material tradicional».

El edil de fiestas, Pere Fuset, destacó la apuesta de la falla diseñada por Okuda como «una gran oportunidad y creo que una falla que será recordada y marcará una época. Como otras fallas que se plantaron en esta plaza y que, en su momento, fueron controvertidas y ahora son míticas». No faltará el debate sobre si gusta o no la multicolor falla «pero no para que sea una pelea de tipo político. Esto es arte y tradición y las fallas que hemos visitado lo demuestran siendo totalmente diferentes, pero fallas todas ellas y merecedoras del mismo respeto».