Pleno al 11. De marzo. Llenazo, más que previsible, por otra parte, en las calles de la ciudad, reforzado por la numerosa presencia de vecinos de Benicarló que acudieron, como siempre, a disfrutar del disparo de la Pirotecnia Tomás. Siempre el día 11. Contaba el pirotécnico que el inicio de las fiestas de esta villa tiene, casi como acto inaugural, el disparo de sus paisanos. Y también le gustó al presidente de la Generalitat, Ximo Puig. «Les tengo mucho cariño y me siento orgulloso de ellos. Un disparo moderno, compaginando texturas... se han superado. Me alegro mucho por ellos», declaró

Está todo preparado para, según el presidente, «las mejores de la historia porque son únicas. Me ha costado mucho llegar desde el Palau, pero lo mejor es que, estando lleno, hay un ambiente de convivencia extraordinario. Hay armonía y concordia, como es esta ciudad, y también universalidad». Ese proceso de no sanferminización que todavía disfruta en gran medida. «Tiene mucho que ver con la realidad del mundo fallero, su organización y autogestión, que hace que se mantenga el tono. Si estas fiestas perdieran su autenticidad podría ser un espectáculo, pero esto es mucho más y mejor». Y se disparó porque, tal como aseguró el alcalde Joan Ribó, «nos preocupaba por el viento, que ha amenazado la parte de altura, pero el viento se ha portado. Y al final, ha sido un disparo acorde con el día, el domingo previo. Muy llena de gente...».

Miguel Ángel Tomás estaba exultante. «Cada vez que venimos acabas con buen sabor de boca. Ya estamos pensando en el año que viene. Contra la meteorología no puedes luchar. Es verdad que había ráfagas, pero los bomberos han hecho los cálculos y se ha podido disparar todo». Incluyendo algunos efectos nuevos muy interesantes. Quien mejor se lo pasó fue Okuda, que no dejó de hacer fotos y disfrutar del disparo. Ha pasado el fin de semana y regresará para contemplar el final de la «plantà».

Antes del disparo, la música invadió la plaza y sus alrededores con el «tabal i dolçaina». La gran quedada dedicada a Joan Blasco que organizó la comisión de Doctor Collado, recorriendo las calles del centro a imagen y semejanza de la posterior Cabalgata del Patrimonio. Mucha gente en el palco. Entre ellos, las hermanas Cuesta, ambas anteriores componentes de la corte de honor y, en el caso de Ana, la mantenedora de Rocío en su exaltación. También regresó Raquel Alario, en su segundo paso por el balcón, pero en esta ocasión con su corte. Después hubo subida general de padres y madres.