La gran novedad en la Sección Especial de este año es el regreso, en categoría infantil, de Reina-Paz-San Vicente. Una vuelta después de medio siglo que supone también una apuesta por la visibilidad. El proyecto de reforma de la plaza va a dejar el espacio diáfano y, en principio, va a ser de las comisiones a las que un cambio urbanístico les va a permitir salir ganando. La comisión que preside Luis Gómez hace ahora la apuesta para tratar de conseguir un mayor impacto visual y, por extensión, un reclamo para los anunciantes. Por un ejercicio de lógica, Reina-Paz está considerada como una de las demarcaciones por la que más personas pasan. De hecho, ya la anuncian como «la falla infantil más vista de la ciudad en 2018».

El salto se debe, más allá de la idea de que «la historia de la comisión se lo merecía», a la buena gestión económica de los años anteriores, que les ha permitido asaltar la máxima categoría y hacerlo de la mano de un artista de garantías, Joan S. Blanch, quien de esta manera plantará su falla número 24 con los mejores.

El monumento, «D´on venim», está dedicado precisamente al origen del barrio, su gente y sus comercios, especialmente los históricos y desaparecidos, a los que se pretende poner en valor. Precisamente, ayer fue la paella con la que la comisión homenajea a aquellos establecimientos que perviven y colaboran. Sin ir más lejos, recientemente han sido capaces de reunir a cuatro generaciones del Bazar Giner, al que está dedicada la figura de la Exposición del Ninot y que ha sido uno de los establecimientos emblemáticos a lo largo no ya de las décadas, sino de los siglos. En cualquiera de los casos, la comisión céntrica por definición en la ciudad inicia una aventura a la que le buscan continuidad.