El chaparrón que, durante un par de horas, cayó en la ciudad de València era algo con lo que contaban los artistas falleros. Sabían que iba a ocurrir y lo esperaban era que no se dilatara en el tiempo. Es un retraso más que soportable y prueba de ello es que, anoche, había muy pocos trabajando. Se ha continuado otra labor no menos importante: la «escampà». Es decir, llevar las piezas, muy bien embaladas, distribuirlas por la plaza de turno y después llevar a cabo el «arrimado» y el «izado». No muchas novedades, aunque el que sigue trabajando de firme es Francisco Giner en Exposición. Expresó su fastidio por el agua, pero no parece que las calidades de su obra se hayan visto especialmente afectadas.

Hasta Almirante Cadarso, que normalmente es la última en llegar entre las mejores ya ha empezado a llegar. Era un día de mucha gente en la calle y las góndolas no lo tenían fácil. Como gran parte de las demás. Y hoy seguirán llegando a todas las demarcaciones. Luego viene el difícil reto de plantarlo todo en tiempo record.