Lo que debía haber sido una jornada de «germanor», la fiesta de fin de ejercicio de la Junta Central Fallera, acabó ensombrecida después que el concejal Pere Fuset recriminara airadamente al presidente de la Interagrupación, Jesús Hernández Motes, y a otros presidentes de agrupación, el comunicado emitido ese día y que había provocado el llanto de la fallera mayor de València, Rocío Gil.

En concreto, en el comunicado se criticaba que en la nueva distribución de la «dansà», tras crearse un acto exclusivamente para falleros el viernes, la fallera mayor y la corte bailen en esa sesión, con los falleros, y el sábado por la noche, con los grupos federados (los creadores en su momento del evento) lo haga sólo la fallera mayor. El comunicado finalizaba con un órdago a Rocío, de alguna forma invitándola a que boicoteara el acto sabatino por haberse convertido en «un coto cerrado donde unos determinados colectivos establecen quién puede participar y quien no». En concreto, a la fallera mayor le dicen que «somos conscientes que estás en un tesitura complicada, pero también sabemos sobradamente que tomarás la decisión que consideres más oportuna hacia tus compañeras de corte así como hacia la totalidad del colectivo fallero al que representas».

Rocío, que lleva toda la semana con esa presión, se enteró del comunicado durante la jornada de convivencia y rompió a llorar. En ese momento, el concejal se dirigió hacia la mesa donde estaban los presidentes de agrupación y les afeó los términos, llamándoles "putos mafiosos", encarándose especialmente con Hernández Motes. Tuvieron que intervenir miembros de las dos directivas (Junta Central Fallera e Interagrupación) para tratar de apaciguar los ánimos, especialmente los vicepresidentes respectivos, Javier Tejero y Guillermo Serrano.

«La Fallera Mayor no se toca»

«Reconozco que no era ni el momento ni el lugar», admitió después el edil. «Pero esta vez se ha dado un salto inaceptable. Hay líneas que no se pueden traspasar. No se merecía Rocío esta presión hecha desde el más absoluto desconocimiento. Eso es inaceptable. Y lo que se hace es poner en un problema a la fallera mayor. De verdad que siento mucho los términos en los que me he expresado porque no era el sitio ni el momento, pero cuando he visto a la fallera mayor llorando por algo que no merece me he encendido. Lamento las formas. He actuado con el corazón y no con la cabeza, pero a la fallera mayor no se la toca. Que se busque el enfrentamiento conmigo utilizando a la fallera mayor es inadmisible», expresaba el concejal. Motes abandonó el polideportivo en el que se celebró la fiesta visiblemente contrariado por cómo se había desarrollado la discusión. Al parecer desde la Interagrupación se iba a producir una disculpa ante la fallera mayor, aunque también se prevé que, si se hace algún nuevo comunicado público, incluya una queja por los términos en que se pronunció el edil.

Más allá de los términos de la discusión, la paradoja que se suscita es que el comunicado surge tras la creación de una dansà exclusivamente para comisiones que ha permitido que las fallas pasaran de nueve parejas participantes en 2015 y 2016 a un total de 173 ya el pasado año. De la misma forma que en la anterior legislatura, en la concejalía de Paco Lledó, también se creó la «dansà» infantil que permitió, por primera,participar en este evento a los más pequeños de las comisiones.

Santamaría pide su dimisión

Esta discusión ya ha tenido reacciones. Así, el presidente de la gestora del PP en València ciudad Luis Santamaría pidió ayer la dimisión inmediata del concejal de cultura festiva tras los «graves incidentes ocurridos con la Interagrupación de Fallas». Santamaría quiso expresar la solidaridad del PP con el mundo fallero. «Nos sumamos a las voces que claman basta ya a la actitud prepotente y de desprecio hacia las fallas», dijo y añadió que Fuset «no puede estar ni un día más en el cargo».