Madrugar el 17 de marzo, vestir a los falleros para acudir al centro y recoger el premio de falla y, quizá, alguno de llibret, presentación o luces, es una liturgia habitual en la fiesta. Pero si una vez que vas al centro resulta que regresas casi de vacío por un error ajeno a tu voluntad, te lo puedes tomar con filosofía, con un enfado monumental o rompiendo a llorar. Una mezcla de esas sensaciones vivieron tres comisiones de falla las pasadas fiestas. Un error de correos electrónicos provocó que tres premios de falla ni siquiera se bordaran. No había galardones que repartir. El caso es que, para solucionar el equívoco con las tres comisiones afectadas (Plaza del Ángel, Federico Mistral-Murta y Joaquín Navarro-Carrícola), la Junta Central Fallera ha organizado tres ceremonias privadas de entrega de premios. Posiblemente, si te dijeran que, unas semanas más tarde, va a venir Rocío Gil a entregarte el estandarte en persona, quizá hasta valgan la pena los errores. Que contar con la presencia de la fallera mayor de València está muy caro por lo denso de su agenda. Ayer le tocó el turno a Joaquín Navarro-Carrícola y su quinto premio en Séptima B. Una ceremonia sencilla, pero que reunió a numerosos falleros. Y a los presidentes, Alejandro Escartí y Mateo Moro y las falleras mayores, Sara Furió y Marta Cortés.

«Hemos llegado a comentar que casi ha valido la pena el error» comentaba el presidente. Aunque la fallera mayor, su esposa Sara, recordaba que «cuando llegamos nos dieron uno de llibret, pero le dijimos a Rocío que faltaba el de falla». Es fácil imaginar la escena, la confusión y la mezcla de sensaciones, las lágrimas.... «La verdad es que allí, en aquel momento, nos dijeron que un día iría la propia fallera mayor a entregárnoslo».

Lógicamente, aquello se tomó con cierto escepticismo. Pero mes y medio después, llegó Rocío con un estandarte bajo el brazo. Se hizo entrega ceremoniosa del mismo y hasta se hizo subir al artista, Xaume Torrent. «No es fallero de la comisión, pero ese día se vistió adrede para acompañaros a recibirlo y... claro... también él volvió de vacío». Rocío ya entregó el pasado viernes el de la plaza del Ángel. «Es una comisión de poquita gente y estaban muy ilusionados con recibirlo de esta manera». Y es que, como decía ayer el presidente de Joaquín Navarro, «un error le puede pasar a cualquiera. En ese momento, la decepción es enorme. Es lógico que te enfades. Pero esta visita lo compensa todo». Nunca una fallera mayor había pisado el casal. Aprovecharon para descubrir una «rajola» en la puerta del casal (una espaciosa y antigua fábrica) y nombrar a las falleras mayores. Una noche redonda.