Anoche se presentó la última directiva de la Junta Central Fallera en la presente legislatura. Y, finalmente, tan sólo se cubre la vacante existente hasta ahora. Sin más revolución, que no habría beneficiado a Pere Fuset, quien finalmente ha recurrido a la «promoción interna». Renunció Estefanía de Julio y su lugar lo ocupa Daniel Buj, su delegado (en lenguaje fallero, su primer oficial). Avalado además por una trayectoria irreprochable en la fiesta, prácticamente lo ha hecho todo: nueve años presidente de falla (Obispo Jaime Pérez-Luis Oliag), siete años presidente de agrupación (Quatre Carreres) y de la Interagrupación, colectivo que presidió de 2007 a 2011.

Eran tiempos menos crispados y además Fuset destacaba que, durante ese periodo, se desarrolló uno de los estudios de impacto económico. También ha sido (es) delegado de sector en la Junta Central Fallera, donde está desde hace ocho años. Ha estado al frente de la delegación de promoción exterior un año y de la de protocolo tres. Precisamente, su buen hacer con la «agenda» ha sido clave para esta promoción de su figura. Un nombramiento difícil de contestar, muy en la línea de la de Josep García Bosch del año pasado. Gente, por encima de todo, de falla. Sin componente político.

Elogios en la sucesión

Fuset se deshizo en elogios hacia la antecesora, Estefanía de Julio, y el propio Buj anunció también que «llego con muchos deberes hechos y las cosas que se han hecho bien, seguirán. Y todo es mejorable».

Dos principales caballos de batalla se le presentan: la mencionada agenda (donde la clave es, simplemente, no equivocarse), y la indumentaria tradicional, donde él mismo ya anunció que llevará una línea continuista «porque Estefanía hizo una labor muy buena». Sabía de su elección desde hacía varios días, «pero había que mantener la discreción porque primero debían conocerlo los compañeros del pleno». El resto de vicepresidencias quedan con los mismos titulares: Javier Tejero, Montse Catalá, Inma Guerrero y el mencionado Josep García Bosch, con Ramón Estellés de secretario general. La paridad pasa a tener ahora la proporción 60-40 por ciento.

Pere Fuset se juega buena parte de su futuro político este año. Anunció que hay «proyectos ilusionantes» relacionados con el «Volem Falla» y con la juventud.

De la tranquilidad o intranquilidad del ejercicio depende de que, en caso de no cambiar el color del gobierno municipal, continúe él en la presidencia, que lo haga Carlos Galiana o que el control pase a Pilar Bernabé desde el PSPV o que se haga una directiva coparticipada. Hay mucho movimiento y todos los que tienen ambiciones se van posicionando.