La primera asamblea de presidentes del ejercicio, con la Junta Central Fallera ya constituida, olvidó debates amargos de otras ediciones y se dedicó a cuestiones netamente falleras. Y, finalmente, el debate derivó hacia uno de los aspectos de moda, como son las reuniones para buscar un acuerdo para dignificar la dotación económica a los artistas falleros y las polémicas con los jurados.

Siguiendo la línea del tiempo, primero hay que trasladarse a la madrugada del lunes, en la que las «fuerzas vivas» de la fiesta pactaron seguir buscando una fórmula de mejora de las contrataciones falleras. Se seguirá trabajando en el ya célebre «mínimo», hasta ahora de 1.800 euros (todo a falta de aprobación por la asamblea); la edición de unas bases para el concurso y, en definitiva, la creación de una comisión de seguimiento del tema. En esta reunión estuvieron convocados diferentes colectivos de la fiesta, «agentes libres» y las comisiones afectadas por ese proyectado mínimo.

El mínimo no es una cuestión baladí. Los artistas han establecido en 6.000 euros el «mínimo técnico». Es decir, la cantidad mínima necesaria para que una falla no sea una ruina para quien la realiza, contando con todos los gastos inherentes: materiales, nave, salarios, guionista, trabajadores especializados, etcétera. A más largo plazo, pensando ya en 2019, estaría la posibilidad de realizar los mínimos en función al censo de cada comisión, siempre en cantidades asumibles.

Cualquier reforma necesita el refrendo de la asamblea de presidentes. Y anoche, por ejemplo, allí salió Jorge Defez, de Norte-Doctor Zamenhoff, para quejarse de que «no nos han informado de nada. ¿Qué forma es ésta de consultar a los presidente y nosotros a las bases?». A lo que Pere Fuset le recordó que de cuanto se está hablando no hay nada decidido y que, en todo caso, las reuniones tienen todo tipo de interlocutores representativos (Interagrupación, Federación de Especial, de Ingenio y Gracia -a la que pertenece su comisión- de Innovación, de Primera A...) y que son éstos los que deben trasladar las propuestas cuando llegue el momento.

De cara a las fiestas de 2019, la clasificación de Fallas se votará con adelante sobre el calendario habitual: el jueves 14 de junio. Hasta ese día hay para seguir elaborando una propuesta y, en la medida de lo posible, un intento de dignificar el pago a los artistas sin convertirse en un lastre para las comisiones, que son las que sostienen la fiesta.

Y después hubo un debate de lo más apasionante cuando el que fuera vicepresidente de la JCF Manolo Más vino a expresar su hartazgo por la endogamia de los jurados. «Este año uno dijo "llevo 25 años de jurado". Pues mira, chico, te has equivocado. No sé de qué presumes» y vino a insinuar que el concurso de fallas y la organización y sorteo de los jurados se deja «en manos de un tercer escalafón», en alusión a la delegación de falla o a que los componentes se conozcan antes de empezar los recorridos o recordó cómo «en el concurso de mejor ninot de sección se premia uno que se excedía de medidas». Le pidió al concejal mayor implicación en el tema y éste le emplazó a presentar nuevas propuestas. En definitiva, una asamblea basada en aspectos relacionados con el día a día de la fiesta, que resultó por ello bastante menos tensa y digerible que otras de su género. A la espera de acontecimientos.