Parece que fue ayer, pero el ciclo se repite. Parece que fue ayer cuando las preselecciones de 2017 se estrenaban con las primeras siete candiatas mayores y otras tantas infantiles. Meses después, Paula Miquel y Marta Sobrino consiguieron redondear la epopeya en la Fonteta. Esas historias han empezado a repetirse con la reedición, curso 18-19, del ritual de elegir representantes de la fiesta.

Las preselecciones arrancaron con calor sofocante en los pabellones de Jardines del Palau, y prisas por acabar el del Sur, lo que retrasó el acto de Pla del Reial-Benimaclet. Se completó la noche con Quatre Carreres al otro lado del estanque, con una presentadora especial: su fallera más famosa el pasado año, Clara María Parejo, fallera mayor infantil de València, que lo hizo acompañado de su hermano.

Rocío Gil, Daniela Gómez y sus cortes de honor empiezan a conocer a aquellas que van a sucederlas en la historia de la fiesta, aunque eso no llegará hasta dentro de tres meses y medio.

La lectura de las actas dieron paso a las primeras alegrías y las primeras decepciones. E inmediatamente, a algunas curiosidades. Éstas llegaron sobre todo, en Russafa B. Susaya Yagüe, de Peris y Valero-Cuba, por ejemplo, es hermana de Virginia Yagüe, componente de la corte de honor de 2010. Y la infantil Adriana Molina Bernabé, de Cádiz-Los Centelles, es hija de Raquel Bernabé, componente de la corte de honor infantil de 1996 y ganadora en su momento de primer premio de sección especial con su falla de entonces, Sueca-Literato Azorín.

Otra curiosidad fue la elección de Rebeca Pardo, de Exposición-Micer Mascó. Es la fallera que adquirió el "traje de la solidaridad" organizado por Álvaro Moliner con diferentes donaciones de proveedores y cuyo importe fue a parar íntegramente a Casa Caridad.

Los éxitos quedaron muy repartidos. Tan sólo Cuenca Tramoyeres-Guardia Civil seguirá soñando por partida doble, al superar el escollo sus dos falleras.