Lisa Volgesberger es Lisa Volgesberger y sólo Lisa Volgesberger. «Porque en Alemania no existen los segundos apellidos. Si lo tuviera, sería Kramer». Y si sale elegida, un consejo para los locutores: la letra «V» inicial se pronuncia «F». «Folgesberger». Igual que «Folkswagen». Pero si sale, no será la primera cortesana de ancestros no españoles. Un honor que tiene para siempre la hispano holandesa Verónica Nolte desde 1999. Alemana de origen que no de nacimiento, ya que fue en la clínica Virgen del Consuelo. «Mis padres son de Stuttgart y Frankfurt. Por lo que le han explicado, «se conocieron en Alicante durante unas vacaciones, a las que habían llegado por separado». Y más curioso aún su desdoble. Con ellos habla en alemán, pero su castellano no tiene el más mínimo acento. O acento de Beteró de toda la vida: «Aprendí antes el valenciano que el castellano, porque la guardería a la que fui era en valenciano».

Trabaja como fisioterapeuta en el hospital IMED de Gandia con una particularidad: «empecé a trabajar el 20 de marzo. Quemamos la falla, me fui a la cama sobre las tres de la madrugada y a las seis ya estaba arriba». Por un pelo y con suerte «porque debía haber empezado el día 13 pero, afortunadamente, me permitieron retrasar el inicio al día después de fallas». Mejor no pensar en que la oferta hubiese sido improrrogable. «Siendo fallera mayor, habría tenido que renunciar al trabajo muy a mi pesar. Habría tenido que esperar otra oportunidad. No habría podido abandonar a mi falla justo en la semana final», dice. Pero hubo suerte y esa oferta de trabajo que llegó a través de internet le permitió cambiar la tienda en la que trabajaba por la vocación auténtica. «La carrera la hice en Reus, en la Universitat Rovira i Virgili, estuve nueve meses en México e hice las prácticas en Madrid». Con todo lo viajada que está, lo tiene claro: «me quedo con València, con mi ciudad». Fue fallera mayor infantil dos veces: en 2003 «y repetí en 2005 porque no había», con la particularidad de que «también repetí con la misma fallera mayor». Razón por la que se ha establecido un vínculo muy fuerte. Natalia Isierte «es ahora también quien me peina». Aquella niña fue finalista para la corte infantil de 2004. Luego ya se espigó hasta llegar a los 1,73 actuales. Y ahora llega con 24 años, «pero pensaba que iba a ser más adelante, con más edad, pero no se presentaba nadie y me dio el 'venazo'. En mi falla se hacen las cosas con mucha antelación. A finales de 2016 ya dije de serlo para 2018», relata. Lisa es mucho más. «Ya sé que suena raro, pero me gusta mucho hacer ganchillo. He aprendido francés a base de tutoriales. Me gusta entrenar para carreras de obstáculos, de esas estilo Spartan...». Aspirar a la corte, en parte, también es una carrera de obstáculos.