o tiene que ser noticia tener 38 años. Aunque sé que, de momento, aún lo es. Me gustaría no ser «Arantxa la de 38 años», sino una fallera más. En esta sociedad, una persona de 38 es una persona joven, activa? no tenemos que ver la edad para una candidata, sino las posibilidades y las circunstancias». Pero las circunstancias, otras, mandan y dicen que Arantxa Muñoz marca, nuevamente, un meritorio registro en, como mínimo, la elección de la corte de honor. Ya fue una agradable sorpresa su presencia hace dos, con 36 años, pero el bucle de la historia se repite. Y además, pasando por el previo de reinar en su barrio. «La comisión tenía fallera y presidente infantil, pero no mayor. Además, era el año en el que nos daban el bunyol de brillants. Total, que en una cena con amigos, en la que estaba mi presidente, se lo dije claro: «Tu tranquilo, que no te vas a quedar sin fallera mayor». Me contestó: «¿Qué va? No vas a ser capaz». Yo seguía: «Tu tranquilo, que tendrás fallera mayor» pero pensando que alguien acabaría por presentarse de verdad. Llegó la noche de la elección y allí no había nadie. Ampliaron el plazo y seguía sin haber nadie. Empezó a pedir que por favor se animara alguien y entonces levanté yo la mano. Se lo había prometido. Además fue muy bonito, porque se lo dije a voz y más pronto lo dije la gente empezó a ponerse de pie y a aplaudir». Es, pues, su tercer reinado mayor. «Fui con 18 años, en 1998; en 2016 lo fui por acompañar a mi sobrina como infantil y en éste, por lo que he explicado». ¿Será la última? «Espero que no haya más cosas en el futuro. Bueno, el 50 aniversario está cerca? a este paso no me van a dejar entrar en el casal el día de la elección».

En julio pasó la preselección. «Me preguntaron a qué me dedicaba. Les dije que trabajaba. Entonces me preguntaron la edad. Y una de las jurados me contestó: «Pues discúlpame, pero estás guapísima. Yo lo tenía muy claro: «Si pensáis que puedo estar aquí, continuamos la entrevista. Si pensáis que es un problema? pero no, no lo fue. Y me encantó porque, precisamente, todo fue muy natural. Mi edad no fue el tema». Y ahora, a la Fonteta, como hace dos años. «A volver a vivir la experiencia. Ya que he tenido la suerte de salir, ¿por qué no? Si salgo, genial. Estoy muy contenta por la corte que salió hace dos años y a fallera mayor Raquel, que tuvimos». Aunque no puede dejar de reconocer que «salí de la Fonteta diciendo que aquí se había acabado todo? y mira la locura».

Toda la vida la tiene vinculada a las Fallas y, especialmente, a la indumentaria. «Mi abuela ya hacía trajes de fallera y después siguió y mi madre. No conozco otra cosa desde niña y continué con lo mismo. Ahora coso para la firma Álvaro Moliner». En su momento también regentó la tienda Somnis Valencians, muy conocida en el barrio. El del otro lado de Manuel Candela. «Leones es mi falla sí o sí. Mis padres, cuando se casaron, se fueron allí, se formó la falla y se apuntaron. Y a mi y a mi hermana, desde que nacimos. Prueba de ello es que ahora vivo en la plaza de España, pero mi sitio fallero es allí. Llegan fallas y me marcho a vivir. La casa de mi madre se convierte en una habitación de trajes. Mis tíos, mis primas, mis sobrinos, mi hermana, mi cuñado, yo?». En la comisión, hasta ahora, en paro forzoso: «Es norma que a la fallera mayor, por deferencia, no le dejan mover un dedo y no tiene ningún cargo durante su año. mi grupo tiene infantiles. Este año volveré». Si la Fonteta y siete personas no lo impiden.