Fallas, arte y gastronomía en su versión más selecta se han unido en la que ha sido primera boda de la temporada que tiene como protagonista alguna de aquellas que han llevado la representación de la fiesta. La protagonista es Esther Pascual, de la corte de honor de 2014 quien, tras doce años de noviazgo, con Alfredo Argilés. Licenciada en Historia del Arte y finalizando su tesis sobre Miquel Navarro, presente también en la celebración, Esther lleva años trabajando en el equipo de administración de Quique Dacosta.

La boda fue diferente. Los invitados acudieron primero a la ceremonia civil, que tuvo lugar en el claustro del Centro del Carmen (en la zona cubierta, aunque la meteorología respetó a pareja e invitados) y el convite fue un "coctel largo", en la Terraza Espai Rambleta. En lugar de banquete lo que se sirvió fue una larga selección de especialidades realizada por tres primeros espadas de la gastronomía en València: Ricard Camarena, Carlo d'Anna y, por supuesto, el "jefe", Quique Dacosta.

Más de trescientos amigos de la pareja se dieron cita en el feliz acontecimiento, incluyendo a las falleras de su "quinta": Carmen Sancho de Rosa y el resto de la corte. Apenas han pasado cuatro años desde su paso por lo más alto de la fiesta y las vidas empiezan a cambiar. Lucía Ruiz, por ejemplo, ya se casó y es mamá de una preciosa criatura y dentro de poco también pasará por el altar Amparo Gómez. Estuvieron las trece sin excepción. Nombres muy frescos en la memoria: Laura Brisa, Paola Sánchez, Marta Arocas, Sandra Molins, Amparo Gómez, Cristina Calatrava, Arantxa Escrivá, María Leal, Lucía Ruiz, Irene Nabas, María Marcos y Carmen Sancho.

También estuvo el que fue presidente de la Junta Central Fallera, Francisco Lledó junto con una más que amplia representación de la comisión a la que pertenece, Barraca-Travesía Iglesia del Rosario o el que fuera secretario general de la JCF, José Martínez Tormo, que en su año era acompañante oficial.

Esther apareció luciendo un vestido de Pronovias Atelier, con una tela de crep blanco en el que destacaba la espectacular espalda. Los pendientes eran el regalo de pedida y lucía también una peineta, joya familiar de la madre del novio, de rubíes y esmeraldas, con la que se recogía la cola. Los zapatos, un modelo emblemático: Valentino Rockstud. Vigudies se encargó del peinado con un recogido y el maquilaje fue de Eva Rozalen. El novio también recibía su regalo de "pedido" muy original: los zapatos, de John Lobb.

La originalidad también se lleva en el viaje. La pareja estará tres semanas lejos de València visitando Australia (Sidney y Melbourne), para hacer una parada en el regreso de lo más original: Camboya, un país fuera de los circuitos turísticos habituales peroque Esther quería conocer desde que se enamoró de los restos arqueológicos (allí están los célebres templos de Angkor) que estudió durante la carrera.

Valga la anécdota: conocedores de su maestría en la Historia del Arte, la fotografía que hicimos con Esther Pascual en el Extra de Fallas de 2014 fue una de las más atrevidas, en todos los sentidos, que hemos realizado: sustituimos a la Venus de Botticelli por ella misma en el célebre cuadro.

Ya cuando salió elegida como corte de honor, Esther narraba la cantidad de veces que había visitado París, algo que ha repetido varias veces más desde entonces. La Ciudad de la Luz no será esta vez lugar de parada, pero fue en la Plaza Vendôme donde el novió hincó la rodilla para la petición de matrimonio. Para cerrar el círculo de una vida que ahora inicia nuevos capítulos.