Los nombres de las falleras mayores de València son un secreto que, filtraciones o servicios oficiales aparte, se intenta mantener hasta el último segundo. Para ello, el alcalde leerá las actas y, en el momento de acabar los enunciados, el secretario general tecleará los nombres de las mismas. En ese momento es la primera autoridad municipal quien se pone en contacto con las agraciadas quienes, normalmente entre sollozos e hipos, lanzan o intentan mandar un primer mensaje.

Pero esta fórmula no fue la primera que se empleó cuando la elección de las falleras mayores pasó a ser el resultado de las pruebas de un jurado. Anteriormente, el alcalde o alcaldesa (Ricard Pérez Casado, Clementina Ródenas y Rita Barberá) leían el acta y, posteriormente, hacían la llamada desde el despacho de alcaldía. Aún como recuerdo de aquella fórmula, la fotografía de las elegidas con un teléfono en la mano sigue siendo muy recurrente.

¿Cuando surgió la llamada en directo? Pues fue el 25 de noviembre de 1991. Mónica Palmer y Carmen Serrano fueron las primeras que recibieron la llamada en directo. Escucharon de primera mano la voz de Rita Barberá leyendo las últimas líneas de acta.

La idea surgió apenas unos días antes, el 30 de octubre, en la asamblea de presidentes, cuando el veterano fallero Emili Camps lo solicitó en ruegos y preguntas.

Así se leía en Levante-EMV: "Hablando de la asamblea, en el transcurso de la misma se produjo la reaparición de Emili Camps, quien había sufrido una operación ósea. El veterano fallero sugirió que el día del nombramiento de las nuevas falleras mayores de València, el próximo día 25, la alcaldesa haga la tradicional llamda telefónica desde el mismo hemiciclo y las palabras de la nueva fallera mayor puedan ser oídas por todos los presidentes de falla".

Emili Camps fue secretario general de la Junta Central Fallera en los primeros años de la posguerra y, durante cuatro décadas, fue un personaje clave en la gestión de la fiesta. Vinculado a las comisiones de Convento Jerusalén y a Fernando el Católico-Ángel Guimerá, su profunda voz, sin aspavientos, sonó en las asambleas y congresos falleros durante años. Fue tres años secretario general de la Junta Central Fallera, además de primer presidente de la Agrupación de Fallas del Centro, poeta festivo y ratpenatista. Una calle en la Ciudad del Artista Fallero está bautizada a su nombre.