Los años pasan en un vuelo. En el año 2006, hace cuatro días, reinaron en la fiesta Lucía Gil en mayores y Nuria Llopis en infantiles. En las pasadas fiestas han sido reinas de sus «carrers» tres de aquellas niñas, que ya no son niñas: la propia Nuria, Andrea Arnau en Burjassot y Marina Civera en el barrio de San José. Pero tan sólo ésta se ha presentado a la carrera por la corte o algo más. «Cuando vi las listas de candidatas lo comentamos: 'me he quedado sola'. Nos hemos visto mucho durante el año, aunque a veces, y ya es mala suerte, han coincidido en fechas nuestras exaltaciones y nombramientos». Nuria ha seguido la norma no escrita de no presentarse en mayores las falleritas infantiles «y Andrea lo tenía complicado por los estudios». Marina será, pues, una de las aspirantes a un doblete (corte mayor-corte infantil), muy extendido estos años, pero con escasísimas candidaturas este año.

Fue elegida con 23 años y disputó la batalla con 24 y afrontará las pruebas del jurado con el título de odontología completado, incluyendo la lectura del Trabajo Fin de Grado. ¿A qué la dedicó? «Determinación del género mediante modelos de estudio». Es decir, «un enfoque forense de la odontología, las posibilidades de identificar el género. Métodos complementarios. No hay un potencial de precisión absoluto, pero se puede ayudar determinar en circunstancias donde no es fácil identificar el sexo». Y en el futuro, corte o no corte aparte, «me gustaría ampliar la formación y si pudiera compaginarlo con trabajo, mejor. Pero si requiere más tiempo esa formación, ya trabajaremos cuando toque». Entre tanto y tanto, también trabaja en el Camp de Mestalla. «Hago Tours y visitas privadas. Este año he podido menos por lo de fallera mayor, pero mi jefa es muy comprensiva (no en vano es Merche Añón, que algo conoce de fallerío porque ella misma fue de la corte de honor en 1995)».

De la falla Barrio de San José «porque vivíamos en Blasco Ibáñez y las amigas del barrio eran de la comisión. Yo era de la falla de la Vega, en Cullera, que era la de mi madre, pero arrastré a todos en la familia. Desde entonces tanto yo como el resto de la familia somos del barrio de San José. ¿Cuando fue? Tendría cinco o seis años. Después nos mudamos a Jacinto Benavente, pero jamás me cambiaría de falla». Los Civera aparecen cíclicamente en las alturas. Primero, Marina; después, su hermana Paula, en la corte mayor de 2011 y ahora Marina quiere volver. «Soy la última Civera, porque soy la pequeña. Tenemos momentos de descanso, pero ya podéis ver que, entre fallera mayor de la comisión y corte, hemos tenido mucha actividad. Ahora, pase lo que pase, dejaremos de 'invadir las fiestas'. Bueno, a mi hermana le gustaría volver, por ejemplo, dentro de doce años». Con la siguiente generación de «Civeras», claro. Marina es Marina «aunque teóricamente iba a ser Mario. Mi padre eligió el nombre porque le encantaba. Le gusta mucho el mar y navegar. Mi madre, siendo de Cullera, es muy mediterránea. A mí también me gusta mucho. Mi padre dice que tengo el nombre muy bien puesto». Con anécdota. «Mi padre me cantaba la canción 'Noelia' de Nino Bravo cambiándola con mi nombre, 'Marina'. Sólo cuando fui más mayor me enteré de la verdad? y fue una decepción».