Sin tiempo para reponerse, la fiesta fallera dio ayer un vuelco y viró sus miradas hacia su principal elemento: la falla. En los últimos fines de semana han empezado a presentarse los proyectos de las obras que se plantarán y quemarán dentro de cinco meses. Pero ayer se dio el verdadero pistoletazo de salida con la presentación de las fallas de la Federación de Especial.

Ayer se inauguró la muestra en la plaza exterior de Nuevo Centro, donde se podrán contemplar las maquetas, bocetos, apuntes y ninots que las comisiones participantes ponen en escena. Hoy y mañana están disponibles, de forma gratuita, para el público. Hoy, además, la Federación homenajeará a uno de los grandes de la historia de la categoría: José Pascual Ibáñez, «Pepet», el artista que más fallas ha plantado en la categoría.

Por segundo año, las nueve comisiones federadas son las que componen la categoría. Desaparecidas de estos niveles Malvarrosa y Mistral-Murta, el resto de grandes comisiones de la ciudad (Maestro Gozalbo, San Marcelino, Grabador Esteve€) no quieren ver la Especial ni en pintura y se conforman con dirimir sus diferencias artísticas en la categoría de plata. Al menos, de momento. Tan sólo La Nova d'Orriols parece sonar con más convencimiento para, más pronto que tarde, subir a una categoría en la que, para destacar de verdad, hay que invertir mucho dinero.

La máxima categoría se presenta con pocas novedades. De hecho, con tan sólo un cambio en los banquillos: el estreno de David Sánchez Llongo en Exposición. El resto han optado por conservar los mismos artistas que el pasado mes de marzo, en lo que se considera una antesala de cambios profundos que podría afectar al mercado de fichajes la próxima temporada. Hay algo de miradas de reojo en los mentideros.

Esquemas muy marcados

La máxima categoría no se mueve, de momento, de sus esquemas preestablecidos. Un año más, las estructuras, formas y conceptos ni pueden ni quieren evolucionar. Es la teoría del «tiro hecho»: mientras las cosas funcionen, no las cambies. Otra cosa es la resolución del proyecto o el reparto de premios. Pero, ahora mismo, con las técnicas de construcción imperantes, tanto en materiales como en tecnología, las cartas están sobre la mesa Hay bocetos cuya autoría se distingue a la legua. El remate abierto de Paco Torres en el Pilar, las enormes figuras corpóreas de Manuel Algarra en Almirante Cadarso, la pirámide de múltiples figuras de Sergio Musoles en Duque de Calabria... y luego están las paletas de colores, que también caracterizan algunas de las obras como si de una marca de agua se tratara. Con formas tradicionales o sin ellas, el «Volem Falla» que amenizó el inicio del ejercicio no es algo que les venga de nuevo a estas comisiones. Creen en la falla y emplean gran cantidad de recursos económicos. Otra cosa es la administración de los mismos o el nivel de exigencia. «La verdad es que se da tanto, tanto, porque se tiene miedo a perder el empleo» comentaba ayer uno de los artistas participantes. Estar en la élite y plantar las fallas más grandes y caras de la ciudad no es, ni mucho menos, sinónimo de prosperidad en los talleres. Se habla mucho, demasiado, de los problemas económicos de éste o aquel artista, empeñado en no obtener los márgenes de beneficio lógicos en aras a obtener el mejor premio posible y mantenerse en la vanguardia.

Elementos y colores escondidos

Más o menos, los trabajos expuestos ya son reflejo bastante fiel de lo que se plantará en la calle. Son bocetos teóricamente fieles. Convento Jerusalén es el que menos expuso, con apenas el cuerpo central. Pere Baenas anunciaba que la figura de la cantante está acompañada de un pianista y, todo a su alrededor, formando un arco, serán los diferentes musicales con su correspondiente metáfora. «Con mucha, mucha crítica». No fue el único que amaga. O, por lo menos, eso parece. En el Pilar aseguraban que «aún no lo hemos mostrado todo».

Para originalidad, sin embargo, la falla de Almirante Cadarso, por su hilo temático: las sufragistas, en un montaje en cuyas escenas la práctica totalidad de «ninots» serán femeninos. En su conjunto, como es norma, los personajes de época, étnicos (este año, ya es raro, ninguno oriental) y alegóricos copan los remates, el reclamo principal de las obras.

Hablando del color, el más esperado también permanece oculto. El de Cuba-Literato Azorín. Vicente Martínez obsequió a los asistentes con un boceto espectacular, vertical, pero con una hermosísima trama de grises. «el color seguirá escondido hasta la semana fallera pero no dejará indiferente a nadie. Invitará de manera sugerente a vivir esta experiencia». Y también anunciaba que habrá más elementos. Una dosis de juegos del gato y el ratón entre compañeros y competidores acérrimos. Que no cambia, a priori, la existencia de dos Especiales. Por una parte, las cuatro mejores del año pasado: Convento Jerusalén, Pilar, Antiga de Campanar y Cuba-Literato Azorín. De acuerdo con el último año y con lo que se ve en el boceto

«Pasión por la falla»

El nuevo presidente de la Federación, Santiago Ballester, hizo un alegato en favor de las comisiones que conforman el colectivo. «No debemos olvidar nunca la labor que hace la Federación de Especial. Ha sido la pasión por ensalzar el monumento la que ha contribuido a que las Falas sean declaradas Patrimonio de la Humanidad. Ayudamos a hacer esta fiesta más grande. No debemos rendirnos y seguir luchando por los artistas y su centenario oficio, para que su creatividad sea reconocida sin límites. Porque detrás de estos bocetos está el trabajo de muchas personas».

Las comisiones de la Federación, además, darán un paso adelante en la integración y, en el mes de marzo, todos los proyectos tendrán una explicación en Braille.