La Interagrupación de Fallas y las Federaciones de Especial y Primera A se reunirán durante la noche de este jueves para consensuar algún tipo de comunicado en el que expondrán sus críticas al Bando Fallero de 2019, en el que se consideran especialmente perjudicados.

Las negociaciones para las normas de funcionamiento de la fiesta en 2019 no cambian especialmente respecto a las del año pasado. Pero una modificación en las condiciones para poder instalar las carpas y la actitud de la Confederacion Empresarial Valenciana ha soliviantado los ánimos, a lo que se une la ya endémica animadversión del mundo de las agrupaciones hacia el edil de cultura festiva, Pere Fuset.

El cambio consiste en que, el próximo mes de marzo, sólo se podrán instalar el jueves 7 las carpas que se planten en solares y aquellas que no afecten a la EMT ni cierren completamente la circulación de una calle.

Aunque no está determinado, se calcula que esta medida puede afectar a entre 20 y 40 fallas en el peor y mejor de los casos: aquellas que, no afectando a la EMT, sí que cerraban completamente una calle.

La Interagrupación sostuvo hasta el final de aquel debate (muy agrio en algunos momentos) que eso podía acabar por ser un desastre porque las empresas instaladoras podrían no dar abasto para el montaje el viernes 8 (serían sobre 200 en lugar de las 170 del año pasado) y que se corre un serio riesgo de que no estén preparadas para la noche de ese día, en el que las comisiones celebran actos como las cenas de Falleros de Honor, esenciales para tener un último ingreso económico. A pesar de lo cual, y tras ser convencido por otros de los agentes falleros presentes, el presidente de la Inter, Jesús Hernández Motes, acabó firmando el protocolo del Bando.

En cambio, los comerciantes y vecinos sostienen que sufrirán durante 24 horas más que el año pasado las molestias de unas carpas montadas en régimen de infrautilizacion o de nula utilización. Un total de cuatro días: los que van desde la tarde del domingo 10 a la tarde del jueves 14.

Ya en las horas posteriores a la firma del Bando, se preparó un comunicado teóricamente firmado por las dos federaciones y los delegados de sector, (sin firma física, sino nominal) que se echó atrás porque no se reconocía como propio, ni en el fondo ni en la forma, por no haber evacuado las correspondientes consultas con sus respecticas comisiones, lo que le obligó a archivarlo.

Este texto ya era muy duro al, por ejemplo, hacer "expresa mención a la falta de sensibilidad de la CEV. Lamentamos que precisamente un colectivo que recoge tantos millones de la actividad que genera la fiesta grande de la ciudad se ponga en contra por una mínima diferencia de 24 horas".

En aquel documento nonato se incidía en que "cada vez mas el apretón y asfixia que sufren las Fallas hace muy complicada su actividad, siendo ya el extremo actual sobre la modificación de montaje de carpas la que va a conseguir la inviabilidad de desarrollar actividades el fin de semana anterior, pues difícilmente se va a llegar en tiempo a su montaje", dejando caer una posible medida de presión: "De seguir esta situación las Fallas tendrán que estudiar medidas difíciles para el colectivo y para la actividad económica de la ciudad". Medidas que, se daba a entender, supondría no hacer determinadas contrataciones de sectores productivos.

En la noche del miércoles se han reunido los representantes de las Agrupaciones de Fallas y las críticas se dirigieron también al concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset.

Asombrosamente, pese a la endémica mala relación entre Hernández Motes y el edil, el comunicado inicial de éste era lo más parecido a, si no amistoso, sí correcto: "Pese a los intentos de acercamiento de posturas del Sr. Concejal y del que deseamos expresar sus intenciones, una vez mas, se demuestra que las entidades empresariales que deberían apoyar mas la fiesta grande de la ciudad, se colocan de espaldas a ella".

El presidente de Primera A, Francisco Romero, también se había referido en términos parecidos: "La concejalía ha intentado el consenso por todos los medios, pero cuando alguien no quiere es imposible".

Pero en las horas posteriores las cosas han ido cambiando. Si la relación del concejal con el mundo de las Agrupaciones ya es, de por sí, mala (o muy mala), ahora se le ha acusado de mal planteamiento de las reuniones (convocar a todos los agentes implicados a la vez, en lugar de hacerlo por separado); es decir, que la pretendida búsqueda de consenso era una impostura. Y hasta se llegaba a insinuar si no había pactado previamente la postura con empresarios y vecinos.

De la reunión, la Interagrupación salió con la idea de redactar un comunicado (votado por abrumadora mayoría) especialmente duro, en el que se traslade el mensaje de que a los falleros se les hace cada vez la vida más imposible, pero se hablaba incluso de un boicot a las reuniones con el ayuntamiento. Aun pese a la contradicción que supone haberlo firmado en lugar de, si tan lesivo era, haberse "plantado" en la negociación.

Falta también ver cómo encajan en este debate las federaciones de Especial y Primera A, cuyos presidentes se habían mostrado moderadamente satisfechos horas después de la firma del Bando. En aquel momento, Paco Romero decía que "conseguir un 98% de las pretensiones deja en un lugar muy aceptable las pretensiones falleras". Ahora, todo queda a expensas de lo que pueda suceder en la noche del jueves. Y el remate será al día siguiente, donde el presidente de la Interagrupación tiene otro altavoz, como es su discurso institucional durante la gran fiesta de este colectivo, los premios Pepe Monforte y que en estos años suele tener un carácter marcadamente reivindicativo.