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A falta de fallera mayor, acompañante

La comisión de Pie de la Cruz crea dos figuras representativas ante la ausencia de fallera mayor y de presidente infantil

Tres actos de Pie de la Cruz de este año. Tan sólo la fallera mayor infantil es la misma siempre. fb/m.d.

Que se viven tiempos de cambios en algunas de las estructuras tradicionales de la fiesta es algo que se ve día a día. Pero en la cuestión de representación aún no estaba todo inventado. En los últimos años se han producido nuevas versiones a lo tradicional: hay presidencias que se han sustituido por juntas gestoras (aunque, legalmente, sea sólo uno de los componentes el responsable). Hace ya años que empiezan a aparecer presidentas infantiles. Este año, por ejemplo, dos como mínimo: Murillo-Palomar y Poeta Altet-Benicarló. Se ha entrado en debate la posibilidad de crear la figura del «fallero mayor» de una forma más institucional y lejos del concepto de humorada (con más o menos gusto) que supone el hombre que se viste de fallera. O, directamente, hacer desaparecer la «sección femenina». Y hasta la fallera mayor infantil de València del pasado año, Daniela Gómez, abogó por una figura infantil que acompañara su cargo.

El año pasado, 145 vacantes

Pero no todo está inventado y menos por partida doble. No todas las comisiones tienen cargos representativos al completo. Valga el dato: aún no se dispone de los correspondientes a 2019 (de hecho, aún se está a tiempo), pero en 2018 hubo 30 fallas sin fallera mayor; 32 sin fallera mayor infantil y 83 sin presidente infantil. En algunos de los casos, no había más embajador de la comisión que el propio presidente. Las exigencias del cargo en cuanto a desembolso económico o, simplemente, que no haya ninguna adulta o niña en disposición de afrontarlo propicia estas ausencias. En contraste con otras en las que, para ocupar uno de los cargos, hay que hacer cola. En el caso del presidente infantil hay que contar con que haya un niño con ganas de serlo y que los padres estén dispuestos a afrontar los cada vez mayores gastos que significa (de hecho, los presidentes infantiles actuales casi ejercen ya como una especie de fallero mayor infantil.

Quince para acompañarla

Pie de la Cruz-Juan de Vilarrasa no es, ni mucho menos, una comisión precaria. A nivel de censo deja, aproximadamente, a 150 comisiones por debajo. Sin embargo, el único cargo «tradicional» que tiene es el de fallera mayor infantil, que recae en Rocío Oliver. La presidencia es una gestora formada por Jose Manuel Alarcón, Juanjo Galve, Amadeo Serrador, Silvia Albors Sorolla, Manuel Latorre Montalbán y Sergio Bort. No hay fallera mayor ni presidente infantil. Y la fórmula que han ideado para evitar este particular vacío es la creación de la figura de acompañantes. «La cuestión es no dejar a la fallera mayor infantil sola, sino que se sienta arropada y que la comisión esté lo más representada posible» explica Manuel Latorre, uno de los presidentes.

Las mayores son Mar Martos, Belén Alarcón, Gema y Ana Ballester, Eva Grau e Inés Seguí. «Nos turnamos para ir con ella». Algunas han sido ya falleras mayores. No tienen más obligación, autoimpuesta, que la de procurar que, con todas las que son, el sitio no quede «cojo». Pero también tienen acompañante infantil que, además, es predominantemente femenino: Pablo Tos, Angélica Serrador y las hermanas Begoña y Blanca Nohales.

Pasar por el trono o... estrenarlo

Sirva el dato: Belén Alarcón, Begoña Nohales y Pablo Tos fueron, hace dos años, las falleras mayores y presidente infantil. Incluso Belén estuvo en la final de la Fonteta. Ahora tienen ninguna obligación económica -no hay «cena del acompañante»- «pero conseguimos generar una convivencia completa» dice José Manuel Alarcón. Incluso la comisión, si es necesario, corre con el gasto de peluquería. «Pero para ponerla en práctica hemos procurado hacerlo con cuidado y, por ejemplo, consultar con las fallas del sector si les parecía correcto. Han aceptado encantadas. Pero como es algo novedoso, hemos procurado hacerlo con tiento. Y el éxito mayor no sólo es que Belén no va sola, sino que generas una ilusión entre las propias falleras. Alguna vez han bajado verdaderamente emocionadas». Es probable que alguna de las ahora acompañantes acabe subida al trono a no muy corto plazo.

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