Organizar una campaña social entre las comisiones de falla se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en terreno pantanoso porque alguien, en algún momento, convirtió estas ideas en un «excusatio non petita accusatio manifesta».

Dicho de otra forma, se suele extender, especialmente a través de las redes sociales, que porque se sugiera unirse a un pacto por fallas sostenibles es porque las fallas no lo son. Si proclamas el respeto a la diversidad sexual o el respeto a la mujer es porque las fallas no respetan la diversidad sexual o a la mujer. Es verdad que cuando Carlos Sáiz proclama la prudencia al volante, no es porque todos los conductores sean imprudentes, pero eso es menos importante. O que los «pactos por la sostenibilidad» se estén aplicando en todo tipo de ramas sociales y en todos los países preocupados por la contaminación, el cambio climático o, simplemente, el futuro.

El caso, eso sí, es que son muy pocas las comisiones de la ciudad que se han adherido, a día de hoy, a esta iniciativa por la sostenibilidad que impulsan Generalitat, Diputación y Ayuntamiento y que, curiosamente, ha tenido en comparación más interés en las juntas locales, que como conjunto aparecieron ayer en la foto del acto institucional. La propuesta sigue abierta y consiste simplemente en proclamar unas prácticas que, seguramente, a estas alturas ya se realizan en los casales.

Metáfora de «buenismo»

En cualquiera de los casos, lo que se intentó mostrar ayer es un buenismo en las comisiones. A través de un cortometraje, falleros actores mostraban que son los falleros perfectos, que reciclan todo lo que se pone a tiro en el casal. Es cierto que de forma hiperbólica, porque lo de poner grifos que se activan al tacto no está al alcance de las arcas de todas las comisiones. O que, a estas alturas, aún no hay competiciones de qué fallero recicla más. Pero sirva como metáfora.

«Que todas reciclen»

¿Qué se pretende, pues, con esta declaración? Que las comisiones cuelguen de sus casales un «pacto», una especie de declaración de intenciones en la que anuncian que en su casal predican con el ejemplo a la hora de cumplir con los objetivos de Desarrollo Sostenible que proponen las Naciones Unidas. Más fácil lo decía la fallera mayor, Marina Civera: «que dentro de unos años, no haya ni una sola comisión que no recicle»

¿Cómo puede actuar una comisión, sin necesidad sólo de poner grifos de alta tecnología? Pues utilizando leds, que además rebajan el recibo de la luz, utilizando cubiertos biodegradables, cisternas de baño con botón para reducir el consumo de agua, utilizar manteles de papel reciclado, apagando luces o empleando la regla de los tres colores para tres cubos en la gestión de la basura. Las comisiones firmantes de comprometen a «impulsar la sensibilización entre los miembros de la comisión respecto a la sostenibilidad y el caracter inclusivo, integrados y conciliador de la fiesta». Y no sólo eso, sino también a divulgar estas buenas prácticas entre visitantes y turistas.