Debió pasárselo bien Marina Civera con toda la suerte de quinielas sobre qué color llevaría en su espolín «fallera mayor de València». Y, finalmente, la elección en el traje es de las de no dejar puntada sin hilo. El aire traía rumores de negros (tremendamente audaz) y verdes y toques de azul. Cuando la vieron muchos pudieron decir el «ya lo decía yo: verde». Pero no es verde. Azul Atlantis. Uno de esas magias de la tinción que permite verlo ora azul, ora verde. Pero es azul. Y Atlantis. «Color del mar. De mi tierra», decía Marina en la cada vez más tumultuosa salida de su domicilio. «Quería algo así y me enamoró el color inmediatamente. Soy mediterránea y quería un color que me representara». El mar de València, el de Cullera «y el de toda mi Ribera». De todo cuanto la rodea. Un color marino para Marina. Hay que reconocerle que ha dado en el clavo a la hora de elegir un color extremadamente original. Que, seguramente, cambiará de tonalidad en función al sol, al exterior o al interior. Los amantes de la indumentaria ya tienen una nueva gema que añadir a la galería. Un espolín que, tejido por Vives i Marí, fue trabajado y cosido en el más absoluto secreto por Eduardo Cervera, incluso en turnos de noche para preservar una intimidad cumplida.